Ella estaba esperando el bondi. No sé cuál. Y no me importó. Al verla, lo único que pensé fue que ella se iba a tomar el bondi que yo estaba esperando, y así venirse conmigo a casa. Tenía poco tiempo para lograrlo y debía ser muy hábil para encararla. Primero probé con el contacto visual. Funcionó. Bah... Funcionó para mí, que la vi. Pero ella nunca se enteró de mi presencia. ¡Ya! ¡Rápido! ¡Otra cosa! Al dirigir un poquito para el costado la mirada, descubro que ella estaba recostada sobre el cartel con publicidad de la parada. ¡Ya está! ¡Es mi oportunidad! Me le acerqué y le comenté que esa publicidad que estaba detrás suyo, la había hecho yo, por más que nada que ver. Mi idea a continuacion era comentarle que yo era redactor creativo y que trabajaba en una agencia de publicidad y que bla bla bla. Rápidamente descarté seguir hablándole, al ver cómo giraba levemente la cabeza para ver de qué carajo le estaba hablando. No puedo expresar con palabras la cara de desprecio que puso la hija de puta. Poco menos que le faltó escupir el cartel. O escupirme a mí. Pobre... Capaz que hizo cálculos y no le daba la saliva para ambas cosas... Ahí pensé en ofrecerle hacerle una transfusión de la mía, pero justo llegó su omnibus. Bah... Su ómnibus... El primero que llegó. En verdad mejor, porque no me había lavado los dientes.
2 comentarios :
Pensé que eso de "soy creativo y simpático" funcionaba.
No dejo de estudiar ingeniería entonces, porque voy a tener tanto futuro como de creativo en lo amoroso.
ojo... capaz que a algunos creativos les funciona. no es mi caso, así que si te vas a guiar por mi experiencia, sí, no dejes ingeniería...
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