Verdad incómoda

Buscando qué escuchar en la radio, me crucé con I'm like a bird de Nelly Furtado y la dejé. Pero no solo eso... La canté. Y con ganas. Y tal vez me moví un poquito al ritmo de la música, pero no estoy seguro.

Explícamelo

Cuando venía para el laburo, me crucé con un Daihatsu que tenía la dirección a la derecha. Piré. El conductor no se parecía en nada a un lord, y la chapa era de Maldonado. Me costó entenderlo, así que anduve varias cuadras detrás de él. Cuando me di cuenta que me había desviado de mi camino, abandoné la persecución. Igual, tampoco iba a sacar demasiada información... Salvo que le dijera que se detuviera y lo interrogara. O que coincidiera con él en un semáforo, y yo a su derecha lo tuviera al lado para preguntarle. Pero no pasó. Me hubiera encantado, porque sigo atónito.

Scritto questo scherzo non è divertente

En Uruguay, a un guacho le regalás una número 5, exclama "es una pelota" y te sale jugador de fútbol. En Italia, a un bambino le regalás un muñequito, exclama "è un playmobile" y te sale cantante de ópera.

Amigas

El otro día tuve que ir al banco por un trámite y mientras esperaba mi turno para ser atendido, contemplé atentamente la siguiente situación. En la fila de asientos de delante, había una muchacha también aguardando, sola, hasta que llegó una señora mayor y se sentó junto a ella. Si bien no logré escuchar exactamente sus palabras, supongo que apenas terminó de instalarse le comentó algo tipo "viene lenta la cosa...". También le pudo haber hablado del clima, pero no viene al caso saberlo a ciencia cierta. La joven le respondió y así comenzaron a charlar. Repito: no sé de qué, pero se las veía muy cómodas con la conversación. Los minutos pasaron y anunciaron el número de la joven, que se paró y se dirigió hasta el escritorio para que la atendieran. La señora le comentó (nueva suposición) "¡qué suerte! ¿viste que en algún momento te iba a tocar?". La muchacha sonrió. Ahora la señora había quedado sola. Pensé en cambiarme de asiento y acompañarla, porque yo estaba un poco aburrido ya a esa altura. Pero no lo hice. Me quedé y seguí observándola. De pronto, la veo que se acomoda levemente en su lugar. Pasaron unos segunditos hasta que me di cuenta de porqué lo hacía. Su reciente nueva amiga ya había terminado su trámite y se estaba despidiendo del empleado del banco. La joven se para, chequea su cartera y rumbea hacia la puerta. La señora sigue todo su trayecto con la mirada. La joven no repara en lo más mínimo en la doña. Se va, se va, se va, se fue. La señora queda sentada, casi triste, por no haber recibido un saludo final de la joven. Una mano levantada habría alcanzado. Ni hablar de un "¡suerte! que le sea leve la espera...". Pero la señora no quería tanto. Simplemente precisaba un cierre a esa fugaz relación que se había dado. Como estaba relativamente cerca de la señora, casi me le arrimo y le comento "que descortés", empatizando con ella. Pero lo pensé bien y decidí no hacerlo, porque estaba por llegar mi turno y después me iba a tener que acordar de saludarla al irme. Y la verdad, se me caía un huevo. ¡Vieja del orto! ¿Quién le da derecho a sacarle charla a un desconocido? Y después, anda reclamando que la saluden... ¡A cagar!

Te voy a dar...

Compré una sopapa porque el inodoro se venía tapando muy seguido. Fue traerla a casa y sin siquiera sacarla de la bolsa, el water empezó a andar bien de nuevo. ¡Qué increíble! Como se dan cuenta de todo estos bichos...

Requisitos estúpidos para mi próxima pareja

Que cuando quede poco shampoo no lo ponga boca abajo, así no me lo confundo con el acondicionador. Hay unos minutitos de zozobra en los que pienso que no voy a lograr lavarme la cabeza, que perfectamente se pueden evitar.

Charla conmigo

-¡Che! Hace tiempo no hablás conmigo... ¿Qué onda? ¿Te pasa algo?
-No, para nada. Supongo que ni uno ni otro tiene nada para decirse...
-¡Hasta hoy! ¡Tengo un chiste para que pongas en el blog!
-Uh... A ver...
-¿Sabés cuál es la ciudad en la que funciona peor el correo? ¡Cartagena!
-Pah... Es malo. Malo, malo.
-¡Como todos tus chistes!
-Sí, tá. Ponele...
-¡Claro!
-Bueno... Puede ser que tengas razón...
-¡Obvio! ¡Dale! Copate y publicalo.
-Ok, ok. Ya va.
-¡Vas a ver que a la gente le va encantar!
-¡Pero a mí no!
-¿Y desde cuándo escribís cosas que te gustan a vos?
-Desde siempre.
-Sí, tá. Ponele...