Placeres mínimos
Placeres mínimos
Placeres mínimos
Placeres mínimos
Placeres mínimos
Ayer escuché a alguien decir "Ronnie" y pensé instantáneamente "Macarronie y asociados". Al toque me puse a cantar "El oficio de ser mamá". La canté todo el día. A veces en mi cabeza, a veces en voz alta. Le pregunté a una dupla de creativos de la agencia, diez años menor que yo, si la conocían. Como la respuesta fue negativa, les recité la letra. Entera. Se coparon.
Placeres mínimos
Fui "perfeccionando la técnica" y me jugué a hacer cosas más elaboradas. Puntualmente, personajes de Liniers. A ver... Vale aclarar que hace años soy fanático de él... Esto viene a cuento porque hoy subí una foto del misterioso hombre de negro y pasó algo muy, muy, muy loco. Días previos había subido a Fellini y a Olga, y lo había etiquetado por sugerencia de otro viejo y querido lector de grageas. Dicho sea de paso, nuevas personas comentaron que querían una/uno para ellos. ¡Más y más cope! Pero volviendo a Liniers, como no había tenido respuesta, abandoné el acoso y esta vez evité arrobarlo. Pero para mi sorpresa, al rato de subir la foto me llegó la notificación de que alguien la había comentado... ¡¡¡Era Liniers, que había escrito "muy bueno!"!!! ¡Y después, le dio un corazoncito y me empezó a seguir en Instagram! Repito: muy, muy, muy loco.
Placeres mínimos
Ir a hacer un trámite al frío edificio del BPS y que, entre tanto uniformado de camisa blanca y pantalón negro, te atienda un tipo con una remera de Breaking bad. Una estupidez, o hasta una desprolijidad para algunos, pero a mí me cayó bárbaro. De hecho, lo felicité. Tá. Soy cualquiera. Lo sé.
Placeres mínimos no tan saludables
Haberme caído tontamente y provocado una gran lastimadura, y poder hoy en día sacarme la cascarita.
Placeres mínimos
Estar sentado en la rambla de Mercedes esperando la lluvia. Me voy a empapar porque ando a pie, y estoy copado. ¡Que se largue ya!