La canción de mierda que se me pegó hoy


Pasan las noches y yo sigo aquí escondido. Soy parte de algún plan en otro lugar. No tengo nada, y perdido por perdido, jugando fuerte sé que puedo ganar.

Verdad incómoda

Estoy evaluando seriamente la posibilidad de comprarme calzoncillos largos.

Divertite sola entonces

luigi dice:
Cuando empiezo a chatear con vos, al ratito siento calor ahí abajo...

ella dice:
¡Pah, te fuiste a la mierda! ¡Sos un ordinario!

luigi dice:
¡No, pará! ¡Nada que ver! Entendiste mal... Es porque me pongo la laptop en la falda...

luigi dice:
Hola...

luigi dice:
¿Hola?

luigi dice:
Uia... Te desconectaste...

luigi dice:
¡Qué puta que sos!

Eso no se hace

-Bo, sorete. Te comiste el último pedazo de pizza...
-¿¡¿Cómo, cómo?!?
-¡¡Eso!! ¡¡Cómo comés, hijo de puta!!

Viviendo al límite

Estaba fumando un pucho tranquilazo en el balcón y de pronto la veo: una abeja que viene domingueando. De pronto, ella también me ve. No sé qué habrá pasado por su cabecita, pero optó por acercarse rápidamente hacia mí. ¡Para picarme! ¡Hija de puta! Decí que tengo unos reflejos del carajo... Me defendí con un par de manotazos y me mandé para adentro, dejándola afuera mientras le sacaba la lengua.

Desachate

Cuando uno tiene la certeza de que cerca de diez (o tal vez ochenta y tres) momentos increíbles acontecidos dos días lo acompañarán de por vida, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno se replantea su profesión, así sea un segundo, toda la noche o un mes, pero confirma que le apasiona lo que hace, quiere mejorar como profesional y seguir con su objetivo en la vida de ser un buen tipo, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno sale de una conferencia sin saber qué mierda lo pasó por arriba, con ganas de llorar y seguro de que más tarde o más temprano, esa experiencia le cambiará la vida, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno recibe el mensaje de un amigo que pregunta "y? ganamos algo?" aún cuando no había inscripto ninguna pieza, y responde "ganamos amigos", se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno piensa "pah... qué salada esta conferencia...", se lamenta de no haber sacado apuntes y sabe que aunque su frágil memoria no ayudará, ya se asimilaron las cosas importantes, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno acepta probar algo denominado "sopa a caballo" sin demasiada reticencia, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno repite hasta el cansancio (y más allá) un chiste estúpido, y percibe que no pierde efecto a la enésima vez, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno recapitula y nota que los compinches en ese chiste eran algo así como desconocidos hasta hacía unas pocas horas, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno confirma que todas las charlas estuvieron bárbaras (aunque hayan estado bárbaras para dormir una siesta o pegarse un baño), se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno se siente incómodo y hasta defraudado con algo que pasó, pero va y puede charlarlo con los protagonistas e intercambiar opiniones como corresponde, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno cae en razón de que en definitiva somos tres gatos locos los que trabajamos en esto y que no hay motivo alguno para poses estúpidas, prejuicios indefendibles o miradas raras, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno desea volver a ir el año que viene, para coparse con las conferencias, criticar las fiestas pero disfrutarlas como la gran puta, seguir conociendo gente nueva, continuar las conversaciones sobre la vida que quedaron colgadas y volver a fundirse en un abrazo con ese gran amigo de toda la vida (o de esas horas compartidas entre charla y charla), se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.
Cuando uno durmió apenas tres horas desde el viernes a las 8:00 y se pone a escribir estas sensaciones un domingo a las 22:00, se da cuenta que acaba de vivir un fin de semana increíble.

Vengo del blog de otro

Cuatro de la tarde.
Salgo al patio a fumar y mi perro se acerca hasta que prendo un cigarro.
Retrocede, me mira, y ladra. Indignado.
Sus ojos parecen no reconocerme, por eso no siente culpa en gritarme, y enfurecerse. Viene hacia mis piernas y el humo que roza su nariz lo hace estornudar. Entonces se va a los tropezones para atrás, y ladra.
Su mirada sigue desconfiando el objeto cilíndrico blanco, que le molesta.
Termino de dar la última pitada, y aguarda en la misma posición hasta que tiro el filtro en el piso. Ahora sus ojos parecen reconocerme. Se acerca, y apoya su cabeza en mis pies, moviéndola despacito, como si estuviera mimándolos.

Si bebe, no vaya a cortarse el pelo

Me acabo de mirar frente al espejo un rato y confirmé que ir a la peluquería con resaca no se recomienda para nada. No sólo es perjudicial enfrentarse a nuestro reflejo durante media hora en ese estado, en silencio y conversando un idioma raro con uno mismo; sino que además la predisposición que se tiene a responder "sí" a las preguntas del peluquero sin analizarlas demasiado genera cosas como una cresta por ejemplo.

Placeres mínimos

Escuchar a Hernán Casciari en www.vorterix.com

Charla conmigo

-¿Por qué en cuanta red social haya, elegís el dibujo que te hizo Brunein para poner como foto de perfil?
-Pah... No sé... Me copó que se colgara y me dibujara...
-Eso está muy bien. Pero la pregunta es otra...
-Sí, ya entendí. Por qué abuso de ese dibujo...
-Esa es una lectura posible de la pregunta, pero en verdad esconde varias en sí misma...
-¿Cuál otra, por ejemplo?
-¿No te gustás cuando te mirás al espejo acaso? ¿O sentís que es como una careta que te mantiene impune y anónimo frente a todas las estupideces que decís? ¿Hay algo infantil de tu personalidad capaz, que asoma a la superficie y te hace presentar en público como un dibujito?
-A la mierda... No lo había pensado así nunca...
-Y ahora que te estás enfrentando a esta revelación... ¿no te parece que deberías hablarlo con algún psicólogo?
-¿Decís?
-Calladito, que acá las preguntas las hago yo.
-Perdón, perdón...
-Así me gusta.
-¡Pará! ¡Perdón las pelotas! ¿Desde cuándo vos me podés hacer preguntas y yo no? Es más... ¿Desde cuándo tengo que responder las tuyas?
-Bueno, bueno... No te pongas así... Apagá la máquina y vamos a ver un poco de tele.
-¡No quiero mirar tele!
-Tá... No sé... Cocinemos entonces...
-No me jodas. Andá a hacer lo que quieras vos y dejame en paz.
-¿Te vas a quedar en la máquina? Sos un boludo...
-Sí, dejame quieto. Quiero buscar alguna foto real mía para cambiar la foto de perfil...

Dios te da y te quita

Me sacó la habilidad de saber doblar la ropa, pero me dio la soltería para poder colgar en perchas mis remeras, pantalones y demás en un ropero todito mío.

Gemérides

16.3.10
Señales sin instrucciones
Iba volviendo a casa caminando por Boulevard. No tenía que comprar nada puntualmente, pero al pasar por un kiosco, algo me dijo que tenía que entrar. No tenía muy claro qué responder cuando me preguntaran "¿te puedo ayudar en algo?", pero me tenía sin cuidado. Algo se me ocurriría. Dentro del kiosco, descubro un mundo mucho más atractivo que el insinuado desde la fachada. Era lo visual contra lo auditivo. ¿Cómo explicarlo?
Desde alguna radio o viejo cassettero, sonaba la desvalorizada canción "Entre la línea del bien y la línea del mal" de los olvidados "Donato y Estéfano". Me prometí a mí mismo quedarme en el kiosco hasta que terminara, sin la necesidad de hacer otra cosa que escucharla. La canción terminó y me fui, sin comprar ni preguntar nada.
No entendí mucho, pero estoy seguro que fue una señal de algo.

Clap clap clap

Algo nuevo sobre mí

O me estoy quedando sordo o se me está agudizando el sentido del oído. No lo sé todavía, pero me estoy dando cuenta que al escuchar canciones que me sé de memoria, descubro matices nuevos. Es como que hay frecuencias que dejé de escuchar, o por el contrario, empecé a escuchar ahora. ¿Sordera o súper audición? Vamos a una pausa y seguimos con este apasionante tema.

Grageas recomienda

Colección Verano/Otoño 2012

Acabo de salir a la calle con Crocs y medias. No sé si tengo los huevos así de grande o carezco del sentido del ridículo. Como sea, fue un paseo sumamente confortable.

Verdad incómoda

Estoy escuchando discos de Martín Buscaglia y nadie me está obligando a hacerlo.

Depetate... depetate...

Hacía mucho tiempo que no se me dormía la gamba. Y vaya que es raro reencontrarse con esa sensación. No es que no pueda caminar, pero se me complica. Ponele que hace un rato que quiero ir a hacer pis y no estaría pudiendo. No sé si hacerme encima o tirarme al piso y arrastrarme hasta el baño. Obvio que también podría ir saltando sobre la otra, pero sería demasiado fácil y hasta irrespetuoso. O sea... No se me duerme todo el tiempo, así que no me sale serle indiferente.

Este chiste por escrito no tiene gracia

-Che... ¿Viste que está lloviendo?
-Lo siento, en verdad.
-¡No seas boludo! Si vos no tenés nada que ver... ¡Dejá de culparte por todo, che!
-(¡Plop!)

Si tu viejo es zapatero...

A pesar de que me parecieron muy caras, me llamaron la atención unas pastillas que vienen en una lata y me las terminé comprando. Se llaman Actis y se encuentran en cualquier comercio amigo. Bah... Al menos yo me las encontré en repetidas ocasiones. El tema es que recién me desesperé porque no podía abrir la lata de mierda.
¿Cómo puede ser posible que sea tan difícil abrirla? La gente usa la lata para guardar drogas después, por ejemplo. ¿No lo saben, señores de Actis? ¿Se piensan que sus pastillas las compramos porque están buenas? ¡No! ¡Son horribles! ¡Nos gusta la lata nada más! A ver si encaran, che.

Y el mejor programa de radio del mundo es...

¡¡13 a 0!! Hacía tiempo que no lo escuchaba y hoy me reencontré con él. Y tá. Nada. Es muy bueno.

Divertite sola entonces

-¡Soy un ladrón de sonrisas!
-Ah... Mirá... Bueno... Bárbaro... ¿Y?
-Nada, puta... Se suponía que me tenías que chuponear...

Algo nuevo sobre mí

¡Me siento liberado! La cosa es así... Estupidez que se me ocurre, estupidez que guardo en el celu en forma de nota. Y ahí van quedando, hasta que en algún momento las repaso y a veces grageo alguna. Y recién me saqué varias de encima. Y tá. Nada. Mi vida tiene esos momentos apasionantes.

Este chiste por escrito no tiene gracia

-Hola, ¿qué tal? Vamos a Rivera y Paullier, por favor.
-¿No prefiere agarrar por Rivera y le damos derecho? Digo... A esta hora Favor está imposible...
-(¡Plop!)

Cosas que nunca me pasaron y que hay pocas chances de que me pasen

Ir escuchando música en el iPod, cruzarme con alguien que también vaya escuchando su propia música, que vaya cantando (ya sea en voz alta o simulándolo) y que se genere un lip sync perfecto. Ah... Y que además tenga una remera verde.

Este chiste por escrito no tiene gracia

-No sé qué será lo que tiene ese loco, pero gana todas las carreras...
-¡Talento!
-¡Al contrario! Tá rápido...
-(¡Plop!)

¿Desde cuándo las grageas tienen sentido?

¿Qué es eso de "matar los tiempos muertos"? ¡Hello! ¡Están muertos!

Recovecos de la lengua española (grageador invitado: Piero)

Tengo la teoría de que la palabra "novio" debe tener algún origen en "no vio". Entonces creo que el plural debería ser "novieron" en vez de "novios". "Pobres, no vieron...". ¿Ven?

Si algo me enseñó la vida...

... es que hay dos grupos de personas: los que preguntan "¿entendés?" y los que preguntan "¿me explico?" luego de haber desarrollado una idea. Yo soy del segundo grupo porque me parece mejor asumir que uno puede no haberse expresado bien, en vez de responsabilizar al otro ante una eventual confusión. ¿Entendés?

El optimista

Cuando fui a descorchar el vino y me quedé con una mitad en el sacacorchos, debí haber hecho caso a las señales. Pero no. Seguí adelante, saqué los restos del corcho y me serví una copa. Tomé un par de tragos y la deje en la mesita ratona. Me descalcé, subí las piernas, me puse la compu en la falda y seguí tomando. En un momento me cansé de la posición en la que estaba, así que decidí bajar los pies. Obviamente, me llevé puesta la copa en mi torpe acción. Pero nada... Se me cagó el sillón y todo el piso... Pudo haber sido peor. Por ejemplo, que el vino no fuera tinto y haber distinguido mi sangre entre los vidrios rotos.

Diversión low cost

Ayer, mientras me estaba pegando una siestita, me despertó un SMS. Como yo estaba esperando que una amiga me avisara que me pasaba a buscar, respondí rápidamente. Pero no reparé que en verdad se trataba de un número desconocido para mí, que no tenía registrado en el celu. Así fue la sucesión de mensajes de ida y vuelta:

22:19
Voy en caminoooouuuuu

22:19
Ok

22:26
Bueno.... Esteeee... Le erre de numero. Perdon!

22:29
No te espero entonces... Jeje. Arriba!!!

23:13
Y ponele que hoy no jeje. Beso! Sorry again :)

23:41
Bueno... Qué lástima... Avisame y combinamos. Que no se corte, che. La pasamos precioso.

Richard Dean Anderson

Desde chiquito experimento la curiosidad de entender cómo funcionan las cosas. La vida no la entendí y medio que abandoné mis intenciones de hacerlo. Entonces me centré en cosas más chicas y abarcables. Principalmente, las electrónicas. En ese sentido, los destornilladores han jugado un papel fundamental en mi vida. Más tarde, internet también. 
Pero siempre busqué ser autodidacta, partiendo de los conocimientos que compartieron conmigo mi padre y mi abuelo. Juguete que llegaba a mis manos, juguete que era desarmado y vuelto a ensamblarse. Recién ahí podía disfrutarlo. Un walkman, una bandeja para tres compact discs, un ventilador... La lista fue creciendo y yo agarrando confianza, más allá de los obvios errores.
Y así fui desarrollando una conducta frente a la vida: si algo se me rompe, antes de llevarlo a un técnico, intento arreglarlo yo. Si lo termino de romper o toco alguna otra cosa que no debía, ok, no pasa nada. Ahí sí lo llevo al experto, pero sabiendo que está roto. Y no es por amarrete la cosa... Me divierte hacerlo.
La semana pasada se me terminó de "romper" la aspiradora. Es una de esas chiquitas, de las que pisás un botón para prender/apagar. Bueno... La pisaba y ya no encaraba. Se había "roto". En vez de ubicar el service oficial y cerciorarme de si estaba dentro de la garantía todavía, preferí meter mano. La desarmé, entendí cómo funcionaba, fui a la ferretería pidiendo la pieza específica que necesitaba y la arreglé. Y nada. Estoy re contento y me creo MacGyver.

1001 películas que vi antes de morir


0034 - The girl with the dragon tattoo
Amé estos libros, por lo que traté de dejar de lado esa mirada crítica de "a ver qué hicieron" para poder disfrutar la peli. Por suerte, no me costó tanto, porque me encantó. Casi casi que también la amé. Clap clap clap.

Una suerte de "divertite sola entonces" que derivó en una "charla conmigo"

-Hoy, siendo las 8 de la matina y recién llegadito a casa, la agarraría por el chat y le diría "hola".
-¿¡¿¡¿Que qué?!?!?
-Eso. Que le diría "hola".
-¿Con qué fin?
-No sé.
-¿Vos estás en pedo?
-Ponele...
-A veces me embola ser vos. O mejor dicho, me embola que vos seas yo.
-¿Por qué, hijo de puta?
-¡Che! ¡Respeto!
-Bueno... Tá bien... Mal yo... ¿Pero por qué decís eso?
-Porque me estás diciendo que querés decirle a alguien "hola" a las 8 de la mañana de un sábado, luego de excesos varios.
-Bueno... Yo qué sé... ¿Está mal? Tampoco es que pegue un llamado. Es un "hola" por chat nada más.
-Sos un boludo.
-Pará... Tampoco para que me digas boludo...
-Te lo merecés. Porque sos un boludo. Justo hoy, a esta hora, en estas condiciones, se te viene a ocurrir decirle "hola".
-¿Qué? ¿Está mal?
-Para arrancar, está mal que estemos teniendo esta charla en vez de acostarnos a dormir como Dios manda.
-¿Dios manda ir a dormir? ¿Es uno de los diez mandamientos?
-Ay, ay, ay... Estás intratable. Andá, decile "hola".
-¡Pero aparece sin conexión!
-Jodete entonces. ¿Qué querés que te diga?
-No sé. No quería que me dijeras nada. Capaz, simplemente, pretendía que me apoyaras en este momento.
-¡Andá a cagar! ¿De qué momento me estás hablando? Estás en pedo y das asco...
-Pará, pará, pará. Lo de el pedo estuvo de más. Mirá cómo te hago el cuatro...
-Dejate de estupideces, haceme el favor. Volvé a sentarte, que te vas a caer todavía...
-Pero no me digas que estoy en pedo...
-Bueno, tá. No te lo digo más. Pero lo que sí te recomiendo es que no jodás con esa estupidez de decirle "hola" a alguien que está ausente.
-¿Por?
-Porque no da. Imaginate cuando lea ese "hola". No va a entender nada.
-¡Pero no hay nada para entender! Es un "hola". ¿Qué puede haber atrás de un "hola"?
-¿Me lo estás preguntando en serio?
-Sí. Bueno... No...
-¡Por eso! Haceme caso, vamos a dormir y nada de "holas" por hoy.
-¡Pero quiero hablar!
-¡Hablá conmigo!
-¡No me gusta hablar con vos! ¡Me decís cosas que no quiero oír!
-Ok. ¿Pero no te alcanzó con toda la gente que hablaste hoy?
-Sí, obvio. Estuvo buenísimo. Me cagué de la risa. Salado. La pase de fiesta. Pero tá. ¡Quiero decirle "hola"!
-No jodás. En serio. Además, sabés que sería mucho más lindo que el "hola" lo recibieras vos...
-¡Claro! Pero eso nunca va a pasar...
-¿Por?
-Y... Yo qué sé...  Me suena que no...
-Sí, tá. Seguramente nunca te diga "hola". Es verdad.
-¡Andate a la mierda, sorete!
-Pará, loco. Calmate.
-No me calmo una mierda. Sos un hijo de puta. Eso es lo que sos.
-¿Por qué? ¿Porque te recomiendo que no le digas "hola"?
-Sí. Y porque ya sentenciás que nunca me dirá "hola"...
-Bueno... Tranquilo... Todo va a estar bien... Capaz te dice "hola"... O capaz vos le decís "hola" en otro momento...
-¿A quién?
-¿Cómo?
-Que a quién le tengo que decir "hola"....
-Ah, tá... Lo tuyo es grave... ¿Vamos a dormir?
-Sí. ¡Obvio! ¡Hace rato me estás dando charla al pedo y yo lo único que quiero es dormir!
-Oooooooooooook...

Divertite sola entonces

-¿Pedimos algo o salimos a comer?
-Salimos mejor, ¿no? Vamos al restaurante que vimos el otro día.
-¿Cuál?
-El que parecía de comida mexicana... ¿Te acordás que dijimos que teníamos que ir a comer algún día?
-Ah, sí. Me había olvidado. Buenísimo. Vamos. ¡Pará! Acordate de mear antes...

Y así salimos con mi amigo, al grito de "ándale, ándale, ándale". Todo el camino fuimos boludeando con el Chavo, Gloria Trevi y demás glorias aztecas. Nos sentamos y empezamos a investigar la carta. En verdad, yo ya había decidido preguntarle a la moza sobre cada comida, así que me dediqué a observar a los demás comensales. Y ahí la vi. Ella. La mujer más linda del universo. Corrección: no era la mujer más linda... Era la mujer más sexy del universo entero. Unos labios, un pelo... Bah... ¡Muchos pelos! Su look, sus tetas... Sí. ¡Sus tetas! Aquello era un disparate. Pero yo fui cauto. No me permití enamorarme hasta no escuchar su voz. Para ello, debíamos mudarnos de mesa. Mi amigo no preguntó demasiado. Por suerte. Porque está todo bien, pero no daba como para andar avivando giles. Yo la descubrí y debía ser mía. Me lo merecía. Además, él estaba copado definiendo qué pedir. Y yo estaba copado con ella y con descubrir su voz. Y la muy soreta se hizo desear. Pero valió la pena. Cuando finalmente habló, su tonada fue como una flecha de Cupido. El amor golpeaba a mi puerta, y yo abrí sin chequear la mirilla. ¡Venía de la madre patria!

-¿Puedo coger un nacho?

Obviamente, esa pregunta era para sus amigas. Pero yo, ni lerdo ni perezoso, intervine magistralmente.

-Perdón que me meta, pero yo justo estaba por preguntarte si no querías coger un Luigi...

Ella se sorprendió con mi intromisión y sonrió. "Es mía", pensé. Fue un segundito lo que duró ese pensamiento, ya que se esfumó cuando noté que su amiga se le acercó y le dijo algo al oído. La muy yegua le aclaró el verdadero significado de mis palabras. Para qué... No tenía idea de que los insultos en España fueran tan distinos a los nuestros.

chiquituá

La canción de mierda que se me pegó hoy

Te escribo esta carta Julia, para que sepas de mí.

Preguntas que a veces se hace Florca (grageadora invitada)

Ayer iba en un taxi a dejar a una amiga en su casa y enfrente a esta nos encontramos con un grupete (serían 7 ponele) de "gurises" (lo pongo entre comillas xq tendrían 25 años) que jugaban de mano en medio de la calle. Se pegaban y toqueteaban entre ellos riéndose. ¿¿Qué pasa?? ¿¿Qué les pasa a los hombres que les divierte tanto hacer este tipo de juegos?? ¿¿No se dan cuenta que quedan como unos bobos?? Y no tiene nada que ver con la edad porque he visto este tipo de grupetes en la paya por ej. y algunos pisan los 30 y lo siguen haciendo...
En fin... Como dice lachicasabrina.......... para reflexionar.

A ver, ¿qué le pasa?

Hay personas, películas, discos, situaciones o sentimientos que nos marcan de por vida. A veces lo percibimos instantáneamente. Otras, recién lo asimilamos cuando pasa un tiempo. El saber si nos marcó positiva o negativamente es algo que se mezcla con mucha facilidad, llegando al punto de no importar. La vida te va enseñando que lo que hoy es lo más triste del mundo, mañana será una nimiedad. Tal vez no mañana. Y tal vez no una nimiedad. Pero será "superado" por otro sentimiento de tristeza infinitamente profunda.
La felicidad obra de la misma manera. El tiempo las unifica a ambas y las pone bajo un mismo paraguas: cosas que te pasaron. Así. Sin más. Y esas cosas que te van pasando, te van marcando.
Qué tan profundas son esas marcas no es algo que manejamos nosotros. Así me tatúe en la mano el nombre de una película que me gustó, el tiempo me demostrará que la olvidaré y que ese tatuaje pasará tan inadvertido como la marca de la varicela que me quedó de la infancia. Y mirá que me preocupé cuando noté que me acompañaría toda la vida. Pero el tiempo pasó y yo la olvidé. Ahí está la marca, como eventualmente podría estar la película.
Cada tanto me topo con ella o la recuerdo y mi mente se dispara hacia lugares increíbles. Y yo lo disfruto. Son lindos esos viajes involuntarios y sedentarios, que partieron de una cosa tan negativa/positiva como una marca de la varicela.
Las marcas están y nos acompañarán de por vida. Las cosas que nos van pasando nos acompañarán de por vida. Y eso está buenísimo. Nada es tan grave, nada es tan bueno. O sea... Lo mejor o lo peor que nos esté pasando, mañana será superado por otra cosa. Ojalá no fuera así. O por suerte es así.
Hoy me sorprendí con una muy extraña sensación. Terminé de leer un libro y se me despertaron naturalmente unas ganas locas de sentarme frente a la máquina y vomitar todo esto. Un libro que había empezado a leer y devorar hace varias semanas, pero que por determinadas razones que desconozco, me aburrí y abandoné.
Hoy lo retomé, hace unas horas, y lo terminé de un tirón. El entusiasmo estaba intacto. Hasta renovado quizás. El libro me aceptó, inanimado él, sin reproches o cosas por el estilo. El tiempo que había pasado entre que permaneció cerrado y que lo volví a abrir no pareció ser tan largo. Igualmente, fueron un par de semanas nada más. Y lo mismo con las horas que me llevó terminarlo.
El tiempo no fue tan tiempo. El tiempo no manejaba las cosas que me estaban pasando. Eso no es algo muy habitual, al menos en mi vida. Entonces aproveché y acá estoy, escribiendo sobre las cosas que te marcan. En este caso, habiéndolo notado en el mismo momento que me estaba pasando. Este libro me marcó y no puedo racionalizar el porqué. Tampoco sé si me marcó positiva o negativamente. Menos que menos, tengo noción de cuando recordaré qué me marcó tanto hoy, ahora. Pero la gran puta que me marcó. Que me está marcando, mejor dicho.


Gracias Casciari. Gracias también al Mati, a María y a Ramiro, las tres personas con las que alguna vez hablé sobre el creador de Orsai, con diferencia de años si mal no recuerdo. Mañana tal vez olvide esto, pero hoy recordé con lujo de detalles esas charlas. Mati en la agencia, recomendándome a un tipo que debía leer y que me iba a gustar porque escribía como yo. Jeje. Ahora, visto a la distancia, debe ser de lo elogios más grandes que me han dicho. María en un bondi en Buenos Aires, un año después, ya conversando los dos sobre cuánto nos gustaba. Y casi que otro año más tarde, Ramiro en su casa, contándome de un tipo que había descubierto y que lo había fascinado. Y yo hablándole de mis estúpidas trabas y negaciones. Jeje. Qué irónico todo.
Tal vez estoy escribiendo esto para que le llegue a alguien esta gragea en forma de recomendación. Pero me suena que no. Creo que lo estoy escribiendo con un objetivo bastante más egoísta. Tiene toda la pinta de que estoy tomando a grageas como una cápsula del tiempo con la que me encontraré dentro de 2 meses, 3 años o 20. Me parece que me estoy rascando adrede para dejarme una nueva marca de la varicela.