Yo estaba en una librería buscando algún libro que me llamara la atención, pero lo que me llamó la atención fue ella. Ella... ¿Qué decir sobre ella? En verdad nada, porque no sé nada sobre ella. Sólo que al parecer le gusta cocinar, o que quiere aprender, porque estaba indecisa entre un libro de Martiniano Molina y otro de comida china.
En determinado momento levanta la mirada, como sintiendo que la mía estaba sobre ella. Yo intento disimular y agarro el primer libro que tenía a mano. Como sólo a mí me puede pasar, resultó ser que el libro que agarré era uno con un título parecido a "Cómo tener éxito con las mujeres". Yo no estaba tan lejos de ella, y para peor, las letras del título eran enormes. Rápidamente ella se detuvo en mi libro. Bah... Mi libro... El que supuestamente me iba a servir para disimular que la estaba mirando... Yo, ni lerdo ni perezoso, aproveché esta inconveniencia a mi favor.
Habiendo captado su atención, le dediqué un par de gestos a la distancia. Los gestos más o menos querían transmitir "¿y qué querés que le haga? quiero saber cómo conquistarte". No sé si fue porque ella no los entendió, o porque precisamente los entendió, pero la cosa es que llamó a uno de los que trabajaban en la librería. No escuchaba lo que le decía, pero vi que me señaló.
La cara del empleado no fue necesariamente en respuesta a que ella le comentara "mira qué guapo ese chico... y además, mirá qué forma original que encontró de conquistar mi corazón...". Más bien, su cara fue de "no te preocupes: ya mismo me encargo de ese boludo que te está molestando". Su cara y su actitud, porque la tranquilizó poniéndole una mano en el hombro y se dirigió hacia mí. Al notar la cara de alivio de ella, pero principalmente al percatarme de que el tipo era un tanto más grande que yo, huí de esa librería tan rápido como pude, sin mirar atrás y sabiendo que nunca más volvería a entrar. Debo confesar que además me fui pensando que tal vez nunca más la volvería a ver a ella. Y bueno... Ojalá que al menos se le queme la comida.
En determinado momento levanta la mirada, como sintiendo que la mía estaba sobre ella. Yo intento disimular y agarro el primer libro que tenía a mano. Como sólo a mí me puede pasar, resultó ser que el libro que agarré era uno con un título parecido a "Cómo tener éxito con las mujeres". Yo no estaba tan lejos de ella, y para peor, las letras del título eran enormes. Rápidamente ella se detuvo en mi libro. Bah... Mi libro... El que supuestamente me iba a servir para disimular que la estaba mirando... Yo, ni lerdo ni perezoso, aproveché esta inconveniencia a mi favor.
Habiendo captado su atención, le dediqué un par de gestos a la distancia. Los gestos más o menos querían transmitir "¿y qué querés que le haga? quiero saber cómo conquistarte". No sé si fue porque ella no los entendió, o porque precisamente los entendió, pero la cosa es que llamó a uno de los que trabajaban en la librería. No escuchaba lo que le decía, pero vi que me señaló.
La cara del empleado no fue necesariamente en respuesta a que ella le comentara "mira qué guapo ese chico... y además, mirá qué forma original que encontró de conquistar mi corazón...". Más bien, su cara fue de "no te preocupes: ya mismo me encargo de ese boludo que te está molestando". Su cara y su actitud, porque la tranquilizó poniéndole una mano en el hombro y se dirigió hacia mí. Al notar la cara de alivio de ella, pero principalmente al percatarme de que el tipo era un tanto más grande que yo, huí de esa librería tan rápido como pude, sin mirar atrás y sabiendo que nunca más volvería a entrar. Debo confesar que además me fui pensando que tal vez nunca más la volvería a ver a ella. Y bueno... Ojalá que al menos se le queme la comida.
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