Vengo del blog de otro

Cuatro de la tarde.
Salgo al patio a fumar y mi perro se acerca hasta que prendo un cigarro.
Retrocede, me mira, y ladra. Indignado.
Sus ojos parecen no reconocerme, por eso no siente culpa en gritarme, y enfurecerse. Viene hacia mis piernas y el humo que roza su nariz lo hace estornudar. Entonces se va a los tropezones para atrás, y ladra.
Su mirada sigue desconfiando el objeto cilíndrico blanco, que le molesta.
Termino de dar la última pitada, y aguarda en la misma posición hasta que tiro el filtro en el piso. Ahora sus ojos parecen reconocerme. Se acerca, y apoya su cabeza en mis pies, moviéndola despacito, como si estuviera mimándolos.

3 comentarios :

· · · l u i g i · · · dijo...

en este caso, vengo de http://juanaquerida.blogspot.com/

Cintya Posse dijo...

Es genial esta muchacha, sindudamente

· · · l u i g i · · · dijo...

sí sí. yo la descubrí hace poco y anda bien, che.