Cuando fui a descorchar el vino y me quedé con una mitad en el sacacorchos, debí haber hecho caso a las señales. Pero no. Seguí adelante, saqué los restos del corcho y me serví una copa. Tomé un par de tragos y la deje en la mesita ratona. Me descalcé, subí las piernas, me puse la compu en la falda y seguí tomando. En un momento me cansé de la posición en la que estaba, así que decidí bajar los pies. Obviamente, me llevé puesta la copa en mi torpe acción. Pero nada... Se me cagó el sillón y todo el piso... Pudo haber sido peor. Por ejemplo, que el vino no fuera tinto y haber distinguido mi sangre entre los vidrios rotos.
14 comentarios :
Auch! Duele?
Igual, que linda tardecita, yo quiero una tarde así PRONTOOOOO
me duele más ser tan torpe...
Bueno, pero eso no se cura tan fácil como una cortadita que se cura con una curita de Bob Esponja o SpiderMan, estamos de acuerdo, no?
lamentablemente...
Preguntamelo a mi que casi muero por llvarme el cepillo de dientes hasta la traquea.
qué carajo estabas haciendo o pensando?!?!?
Simplememte cepillandome los dientes, es que soy demasiado torpe.-
pah... qué animal...
Preguntale a él que se cayó de un murito de mierda y nos dio el susto de nuestras vidas...
a ver detaquito...
Me remitire a dar la afirmativa al comentario de cinty.
fea tu actitud...
linda redacción, sobretodo al final.
vale la pena el corte.
ah, en mi casa las curitas son de Hello Kitty así que hago lo imposible por no tener que usarlas. No siempre se puede.
Lo bueno es que cuando pasa, mi hija chica larga una carcajada.
Y si hay un amigo, también, pero por causas distintas.
decís que estoy como para ganarme un premio de literatura? jeje.
ah... envidio tus curitas de hello kitty!! tá... lo dije... jaja.
Publicar un comentario