Divertite sola entonces

A veces la mala suerte puede traer buena suerte. Y viceversa. A mí puntualmente me pasó cuando fui a pagar la UTE. No sé bien el porqué, pero había terrible cola. Mientras reviso el monto a pagar y apronto la plata, percibo un olor desagradable. ¡A pedo! Sí... ¿Qué vamos a andar con vueltas? ¡Alguien se había tirado un pedo en la cola de Abitab!
Levanto la mirada buscando algún rostro que diera señales de culpabilidad, y la encuentro a ella. ¡Qué loco! Su divina presencia me hizo olvidar por un instante el olor, qué estaba haciendo yo allí y hasta mi nombre. Pero cuando me volvió la respiración, vino con ella nuevamente el olor. ¡Ya está!
¡Acá le robo una sonrisa y después la encaro!
La miré y le hice un gesto de desagrado, como diciendo "qué hijo de puta el que se cagó... jeje... y nosotros acá, teniendo que fumarnos su putrefacción interna...". Buscaba una complicidad en esta tan dura situación, pero encontré vergüenza y humillación. Mmmmm...
¿Sabés qué? Dejo para mañana lo de la UTE, y lo de encararla para cuando olvide este momento en el que descubrí que ella también es human
a.

5 comentarios :

Anónimo dijo...

¡Qué asco!

· · · l u i g i · · · dijo...

ah... vos también estabas en el abitab ese día?

Nando dijo...

creo q ella te lo dedico a vos...

El Varón de Bairesburgh dijo...

¿Por qué el amor tiene que ser todo glamour? Apoyo la moción. Y te invito a leer mi cuento.

· · · l u i g i · · · dijo...

nando: uy! qué duro!

varón: arriba!! ah... cuál cuento en particular?