Últimamente me he dado cuenta de que me estoy convirtiendo en una especie de Don Juan. No sé por qué, pero generé una fama de hombre-bomba que parecería indicar que no discrimino entre civiles y militares, al tiempo que arraso con todo lo que hay a mi paso.
Entonces, surgen allí dos tipos de mujer: la que se vive con temor a un atentado, y la que se frota las manos. En esta diferencia hago la diferencia. Así, mi éxito con las del primer caso es casi tan obvio como que la oración anterior no es una redundancia. Por dos motivos: en primer lugar, su falta de expectativas y su temor me dejan a mí mucho más grande y con más espacio para jugar; por otro lado, es claro que repetir una palabra no significa redundar, sino reiterarse. Si yo soy técnico de fútbol, estoy por meter un número 4 con buen pie para llegar mejor por la derecha y en ese momento me echan a un zaguero, entonces tendré que cambiar de planes. En ese caso podré decir que “cambio el cambio” y ahora sí, si alguien encuentra una redundancia escribo mi próxima gragea sobre el calentamiento global. Y es claro que hablar sobre el calentamiento global es un meta-problema, porque si bien todos coincidimos en que hay algo que está saliendo mal, nadie entiende bien cuál es el conflicto ni sus motivos ni cómo buscar la solución ni nada. Otro problema. Diferente. Un problema sobre un problema.
Por esto, y por todo lo que venía escribiendo, es que a veces vale más guiarse por lo que dicen los que saben, confiando en que la humildad es el arma más importante del desarmado.
La humildad hiere, cachetea fuerte, rompe los ojos. La humildad puede generar el más hondo de los caos, y todo porque no hay estabilidad ni cautela más grande que la del que se sabe vencible.
Porque David existe gracias a Goliat, y no viceversa.
Entonces, surgen allí dos tipos de mujer: la que se vive con temor a un atentado, y la que se frota las manos. En esta diferencia hago la diferencia. Así, mi éxito con las del primer caso es casi tan obvio como que la oración anterior no es una redundancia. Por dos motivos: en primer lugar, su falta de expectativas y su temor me dejan a mí mucho más grande y con más espacio para jugar; por otro lado, es claro que repetir una palabra no significa redundar, sino reiterarse. Si yo soy técnico de fútbol, estoy por meter un número 4 con buen pie para llegar mejor por la derecha y en ese momento me echan a un zaguero, entonces tendré que cambiar de planes. En ese caso podré decir que “cambio el cambio” y ahora sí, si alguien encuentra una redundancia escribo mi próxima gragea sobre el calentamiento global. Y es claro que hablar sobre el calentamiento global es un meta-problema, porque si bien todos coincidimos en que hay algo que está saliendo mal, nadie entiende bien cuál es el conflicto ni sus motivos ni cómo buscar la solución ni nada. Otro problema. Diferente. Un problema sobre un problema.
Por esto, y por todo lo que venía escribiendo, es que a veces vale más guiarse por lo que dicen los que saben, confiando en que la humildad es el arma más importante del desarmado.
La humildad hiere, cachetea fuerte, rompe los ojos. La humildad puede generar el más hondo de los caos, y todo porque no hay estabilidad ni cautela más grande que la del que se sabe vencible.
Porque David existe gracias a Goliat, y no viceversa.
7 comentarios :
gran gragea! voy para acá, agarro para ahí y termino por allá. genial! me encantó! grande ángel. pero posta que grande: mide como dos metros el hijo de puta. jaja. buenísimo.
sinceramente, estoy copado con los aportes de los grageadores invitados! quiero que ya sea la semana que viene! qué divertido!
igual, me salió entreveradito el grageador invitado de los viernes. jaja. abrazo! y gracias! te quiero! y eso que no estoy en pedo...
jajaa es el primer tequiero sobrio de nuestra vida. No sé si estaba preparado para tanto!
Vamo arriba los que escuchan, aguante Diamante.
jaja! arriba los que escuchan! jaja!
GRANDE GO, CANEJO.
qué buena gragea invitada!
ángel! preparate para el próximo viernes! tu público te aclama. jaja.
¿Hombre bomba? ¿Don Juan?
Yo quiero agregar que sigo soltero y cada vez más desesperado. Se interpreta a gusto.
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