Yo iba caminando rumbo a la parada del ómnibus después de un día sin pena ni gloria en el trabajo. En dirección contraria a mí, viene ella apresurada. Cuando estamos a pocos pasos, la intercepto. “¿Te acordás de mí?” le pregunto.
Ante su gesto inexpresivo, le recuerdo “del boliche… el sábado pasado… ¿te acordás? yo te dije que eras la más linda del lugar… es más… te iba a dar mi número de celular, pero justo me pecharon… me di vuelta para ver quién había sido, y al volverme hacia donde estabas, ya no estabas…”.
Ella pareció recordar, diciendo “ah… sí… ¿cómo estás?”. Esas palabras fueron acompañadas de un gesto que transmitía “ah… sí… vos sos el boludo del que me pude escapar… qué mala suerte volver a cruzarme con vos…”.
A mí no me importó y decidí insistir. “Yo bien, volviendo a casa… ¿vos? ¿vivís por acá?”. Su respuesta fue “Mmm… Me vas a tener que disculpar, pero tengo que llegar rápido a un lugar… Me están esperando… Te llamo, ¿dale?”.
“¡Dale!” respondí entusiasmado. Después pensé “¡Pará! ¡No tiene mi teléfono! ¡Qué hija de puta! ¿La sigo? ¡Sí!”. Cuando giré, al igual que la otra vez, había desaparecido…
Ante su gesto inexpresivo, le recuerdo “del boliche… el sábado pasado… ¿te acordás? yo te dije que eras la más linda del lugar… es más… te iba a dar mi número de celular, pero justo me pecharon… me di vuelta para ver quién había sido, y al volverme hacia donde estabas, ya no estabas…”.
Ella pareció recordar, diciendo “ah… sí… ¿cómo estás?”. Esas palabras fueron acompañadas de un gesto que transmitía “ah… sí… vos sos el boludo del que me pude escapar… qué mala suerte volver a cruzarme con vos…”.
A mí no me importó y decidí insistir. “Yo bien, volviendo a casa… ¿vos? ¿vivís por acá?”. Su respuesta fue “Mmm… Me vas a tener que disculpar, pero tengo que llegar rápido a un lugar… Me están esperando… Te llamo, ¿dale?”.
“¡Dale!” respondí entusiasmado. Después pensé “¡Pará! ¡No tiene mi teléfono! ¡Qué hija de puta! ¿La sigo? ¡Sí!”. Cuando giré, al igual que la otra vez, había desaparecido…
5 comentarios :
las mujeres tenemos esos metos de huida..jajja
solo tenes q ver q la proxima ves q la veas
darle de una el cel..
y dejarla descolocada
asi capaz q te da bola...
bueno muy lindo blog...
fefa
las mujeres tienen tantas cosas de ese estilo... jeje. igual, es imposible que ella me dé bola. de hacerlo, esta gragea recurrente perdería sentido. jaja.
ah... bienvenida fefa a grageas!
Lo que falta, que ella te de bola. Ya nos quedamos sin la sección se los zapatos, ahora sin la de Divertite sola entonces, se te viene abajo todo sino.
Es como que Victoria al final se quede con el primer marido y no con el guacho con el que está saliendo ahora. Los fanáticos no esperamos eso.
Vos como autor manejate ahora.
ningún ningún. "los zapatos de gri" es una gragea que aún sigue con vida. bah... al menos eso me hace creer seba, que me promete que cuando junte no sé cuántas fotos me las mandará. y tranqui, que definitivamente ella nunca me dará bola. pará! mirás victoria? mi abuela debe mirar esa novela. te salvás que ella todavía no sabe meterse en internet, porque sino ya la tendrías charlando con vos como mi madre. jaja.
Todos miran ViToria, es la novela del pueblo... (¿?).
En realidad la miran mis abuelas, mi madre y mi hermana. Pobre del que se les pase por delante de la tele en el horario de la novela, te apuñalan igual.
Yo si es por divagar no tengo drama, poné a la perra esa que responde el teléfono a teclear también que charlamos de la vida.
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