Obviamente que alguna vez había escuchado Radiohead… Creep y High and dry... Poco más. Sabía que todo el mundo se deshacía en elogios hacia el Ok Computer, pero por ese entonces, a mí no me llegó. No sé muy bien por qué, pero no. Capaz que estaba en mi etapa oscura y Radiohead me parecía comercial. No sé.
Tampoco me atormentaba tanto el hecho de que no me gustara el disco que a todo el mundo le gustaba. O sea… Vamo´ arriba… Era simplemente un disco… Los años pasaron y llegó la época de la universidad. En este caso, no sé si todo el mundo piró cuando salieron el Kid A y el Amnesiac, pero la gente de facultad sí. “Bueno”, me dije yo, “démosle una segunda oportunidad”.
¡Peor que en el primer intento! ¡Impenetrable! Y eso que lo intenté… Pero no. Estaban muy adelantados… “Ya está, no me gusta Radiohead” pensé. Hasta hoy.
El día parecía que no, pero al final se puso a llover como la gran puta y ameritó que me pasara horas escuchando el Ok Computer. Qué discazo, por Dios. Finalmente, llegué a la madurez necesaria para poder apreciarlo. Tardé un par de añitos… Pero me estoy encargando de recuperar el tiempo perdido. Con que suene un par de veces más, el iTunes ya lo dejará en las estadísticas como el disco más escuchado. Aproveché esta etapa de romance con Radiohead y me bajé el The bends, el Kid A y el Amnesiac. Y está todo más que bien con ellos también. Definitivamente, me llegó el momento de que me gustara Radiohead.
Eso me llevó a la conclusión de que estoy viejo. Bah… En verdad eso no, porque si a los 27 me gusta el disco de Radiohead que a todos les copó cuando tenían 16, estoy hecho un pibe. Lo de que estoy viejo me llegó por otro lado.
Es como un lugar común decir que a los 30 te empieza a gustar el tango. Yo, mientras escribo este post, me tomé un descanso de Thom Yorke y compañía. En este preciso instante el iTunes está a full con Julio Sosa, el varón del tango…
Tampoco me atormentaba tanto el hecho de que no me gustara el disco que a todo el mundo le gustaba. O sea… Vamo´ arriba… Era simplemente un disco… Los años pasaron y llegó la época de la universidad. En este caso, no sé si todo el mundo piró cuando salieron el Kid A y el Amnesiac, pero la gente de facultad sí. “Bueno”, me dije yo, “démosle una segunda oportunidad”.
¡Peor que en el primer intento! ¡Impenetrable! Y eso que lo intenté… Pero no. Estaban muy adelantados… “Ya está, no me gusta Radiohead” pensé. Hasta hoy.
El día parecía que no, pero al final se puso a llover como la gran puta y ameritó que me pasara horas escuchando el Ok Computer. Qué discazo, por Dios. Finalmente, llegué a la madurez necesaria para poder apreciarlo. Tardé un par de añitos… Pero me estoy encargando de recuperar el tiempo perdido. Con que suene un par de veces más, el iTunes ya lo dejará en las estadísticas como el disco más escuchado. Aproveché esta etapa de romance con Radiohead y me bajé el The bends, el Kid A y el Amnesiac. Y está todo más que bien con ellos también. Definitivamente, me llegó el momento de que me gustara Radiohead.
Eso me llevó a la conclusión de que estoy viejo. Bah… En verdad eso no, porque si a los 27 me gusta el disco de Radiohead que a todos les copó cuando tenían 16, estoy hecho un pibe. Lo de que estoy viejo me llegó por otro lado.
Es como un lugar común decir que a los 30 te empieza a gustar el tango. Yo, mientras escribo este post, me tomé un descanso de Thom Yorke y compañía. En este preciso instante el iTunes está a full con Julio Sosa, el varón del tango…
1 comentario :
Todos caemos en algún momento.
Yo sólo digo que espero no estar vivo para cuando me entre a gustar la cumbia, o deje de darme asco.
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