¿Dónde está mi cabecita?

Cuelgo el post anterior y me lo quedo mirando un ratito. Sonrío. Pienso en escribir algo más, pero al mirar nuevamente el post colgado, decido que no, que así está perfecto. Me prendo un pucho, el último antes de irme a acostar. Desactivo el despertador que estaba programado para ladillar en unas pocas horas. Cuelgo la ropa que me saqué y tiré arriba de la cama al volver a casa. Algunos aprontes menores más y estoy listo para apagar el monitor y dejar prendida la máquina mientras termina de bajar lo que estoy bajando. Mientras todo esto va pasando, voy fumando. Detengo mi atención en el cenicero. Veo que está lleno. Con el pucho en una mano y el cenicero en la otra, voy hasta la cocina para vaciarlo. Enfrente de la bolsa de la basura, tiro el pucho prendido en vez de volcar el contenido del cenicero. Actué rápido y el fuego no llegó a propagarse. Sonrío nuevamente.

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