En menos de diez días conocí a dos personas que me marcaron en la vida: Fito Páez y Silvio Soldán

El primero de los dos encuentros sucedió en La Ronda, después del concierto en el Solís. Para una camioneta y se baja Fito. Vamos con Caro y le decimos “Fito…”. Él nos contesta “déjenme un segundito que me estoy meando”. Obviamente, lo dejamos que fuera al baño. Obviamente, esperamos que saliera. Cuando salió, “Fito… el toque de recién fue mágico”. Él, desconcertado nos pregunta “¿el toque?”. “Sí… El show…” le dijimos nosotros. “Ah… ¿Estuvo bueno, no? En verdad, no fue mágico. Los magos bla bla bla. Yo no bla bla bla. Acá lo que importa es bla bla bla. Lo de recién fue música”. No entendimos nada, y se lo hicimos saber: “la verdad, no entendí mucho tu concepción de la magia, pero bueno… Si decís que fue música y no magia, gracias por la música”. “Gracias a ustedes” creo que nos dijo. Y tá. “Gracias a vos” y nos fuimos. Caro no habló. Se dedicó a mirarlo y oler su mal aliento. Muy cómico.

El segundo encuentro fue en el NH. Silvio Soldán me estaba dando la mano. Silvio Soldán estaba mostrando sus sacos, sus camisas y sus corbatas, dando cátedra acerca de cómo se combinaban y lo bien que daban en pantalla. Silvio Soldán estaba hablando bien sobre los guiones que yo había escrito. Silvio Soldán estaba marcándole un error a la locución planteada. Silvio Soldán estaba ahí, frente a nosotros, contando anécdotas. Silvio Soldán estaba derrochando simpatía y buena onda. Silvio Soldán es un salado.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Estoy en desacuerdo, que silvio soldan, sea un salado, mas salado soy yo

flower dijo...

¿y quién se ganó el cofre de la fortuna?, y ¿después tuviste un feliz domingo? (chistes pavos que me vi en la necesidad de hacer). Ahora en serio: ¿tiene peluquín?