Divertite sola entonces

Ella nunca se interesó en mí. Lo empecé a sospechar cuando le pregunté si quería compartir el asiento. Ella ya estaba sentada y yo le pedí permiso para sentarme junto a ella. Me miró como diciendo “¿quién te conoce?”. Fue abrir la boca para presentarme y ella salió corriendo. Nunca más la volví a ver.

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