¿Me concede su risa?

Nada se compara con hacer reír a una mujer. En realidad, a decir verdad, hay muy pocas cosas que se puedan comparar con otras cosas. Inténtenlo y verán. A modo de ejemplo: ¿Hay algo que se compare con comer tortafritas con dulce de leche? No! ¿Hay algo que se compare con sacarse la pelusa del ombligo? No! ¿Hay algo que se compare con poder levantar algo del suelo con los dedos de los pies? No! Pero bueno: volvamos a lo anterior. No quiero irme del punto que quería abordar. Así que recapitulo: es buenísimo hacer reír a una mujer.

Lo he conseguido en algunas ocasiones, y es increíble. En esta etapa de mi vida, la sonrisa debe ser lo que más me atrae de una dama. Pasé por diversas etapas donde también me atraían principalmente los ojos. Sí! Obviamente que también prevalecieron en mis gustos los pechos y las pompis. Ahhh. Y también tuve una época donde lo que más me gustaba era el huesito de la cadera... Pah! Increíble ese huesito...

Todas esas cosas me siguen atrayendo (de más está decirlo). Pero hoy por hoy, lo que más me fijo en una mujer es su sonrisa. Y si soy yo quien la genero, ni te cuento... Ni hablar si consigo una efectividad tal que cada cosa que hago o digo logra robar una sonrisa... Pero también es un peligro, no? Eso puede transformarme en un idiota frente a los ojos de la dama en cuestión. ¿Y? ¿Cuál es? Soy un idiota aún frente a mis propios ojos. Pero soy un idiota que hace reír a una mujer. Y como dije al principio, nada se compara con eso.

No hay comentarios. :