Te juro que es así. Si te cuento con lo que soñé ayer, te morís. Pero no te lo voy a contar. O sea: no quiero que te mueras. Sí. Lo sé. Tarde o temprano, te vas a morir. Pero yo no quiero ser responsable de tu muerte. Me imagino en tu sepelio, muy concurrido por cierto, toda la gente preguntándose y comentando “de qué se murió”. Y no toleraré que digan que te moriste porque te conté con lo que soñé. Pero me muero de ganas de contarte. Y bueno... Como es obvio, yo tampoco quiero morirme. Sí. Lo sé. Tarde o temprano, me voy a morir. Pero yo no quiero ser responsable de mi muerte. Me imagino en mi sepelio, poco concurrido por cierto, toda la gente preguntándose y comentando “de qué se murió”. Y no toleraré (y no!! voy a estar muerto!! no toleraré ni muchas otras cosas) que digan que me morí porque no te conté con lo que soñé. Mierda. Vamos a morir!!!!!!!!
Te morís...
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