-¡Pará! ¿Sos vos?
-No. ¿Quién voy a ser? ¿Vos? Obvio que soy yo.
-¿Qué hacés? Tanto tiempo… Me muero de la emoción…
-Ok. Tampoco exageres, ¿no?
-Sí. Está bien. ¿Qué querés, ladilla?
-Ando buscando…
-¿La felicidad?
-No…
-¿Escribir la canción perfecta?
-En este preciso momento, no.
-Ya sé. Ya sé. ¿Una espada samurai?
-Ya no.
-¿Una rockola?
-Mmmmm… Puede ser… Pero no… ¿Querés que te cuente?
-No. Dejame adivinar. Es más divertido. Por los viejos tiempos en los que hablábamos más…
-Bueno. Dale. Divertite vos que yo mientras me corto las uñas.
-Sos un asco. ¿Adelante mío?
-
-(Este boludo se re concentra cuando se corta las uñas)
-¿Me hablaste vos?
-Sí. Te decía que sos un asco cortándote las uñas de los pies adelante mío.
-
-Tá. Matate. Sigo jugando solo a adivinar que andás buscando. ¿Una cortina de baño con onda?
-No. Si la que tengo está bien…
-Bueno… Yo qué sé… ¿Seguro que no es la felicidad?
-Ya te dije que no. ¿Me escuchás vos a mí?
-A veces sí. ¿Una linterna?
-¿Una linterna? ¿Para? Sos un divague…
-Vos sos un divague. Mirá la mugre que dejás. ¿Cómo vas a tirar las uñas al piso?
-Tarado. Si llegué buscando el cenicero para ponerlas ahí. La cosa es que vos te pusiste a boludear… ¿Dónde está el cenicero al final?
-Lo tengo yo. ¿No ves que estoy fumando?
-¡¡La concha de la prima!!
-¿¡¿Qué pasó?!?
-¡¡Me quemaste el dedo gordo!! Bah… Me lo quemé.
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