Me pasó el agua

Ayer me compré una cortina de baño nueva, porque la anterior ya no daba para más. Copado, pasé uno por uno los ganchos, la colgué y me alejé lo máximo posible dentro del baño para apreciarla. La cosa es que solamente veía los dobleces. Sí. Tá. Yo qué sé. Todo bien con la cortina, pero no podía desviar mi atención de que estaba toda marcada. "A esto no lo puedo planchar ni en pedo... ¡Es un plástico de mierda!", pensé. Y medio que iba a dejarla así. Pero no. Nunca iba a poder mirarla como una cortina de baño... Eternamente sería una cosa ahí, llena de dobleces. Volví a evaluar lo de la plancha. Y volví a descartar la idea. Ya al borde del desahucio, miré en todas direcciones como buscando una respuesta divina. Y llegó algo parecido: un secador de pelo. Ponele que en los papeles era una buena idea, pero seguramente en la factura de UTE no resulte serlo. Además, los putos dobleces siguen ahí. Ahora simplemente me resta confiar en la bondades del vapor... O comprar una nueva cortina, que no venga doblada.