Que me deje esquelas. Sí. Tá... Yo qué sé... ¡Me gustan las esquelas! En esta época de SMS, WhatsApp, chat, mail y más, le encuentro un gustito especial a algo tan "antiguo" y con nula inmediatez.
El contenido de la esquela no es demasiado importante. Así sea "Acordate de comprar jabón líquido", "Llamá a la tía Marta que hoy es el cumpleaños" o un simple "Hola", me encanta.
Llegar a casa y descubrir que ella pensó en mí antes de irse me parece re lindo. Tampoco es que quiera que todos los días haya una esquela nueva... O sea... Si sale de lunes a domingo y nunca está en casa cuando llego, no me sirve. ¡Atorranta! ¡Metete las esquelas en el orto!