Grageador invitado de los jueves: Mufassa

No sé si estoy preparado para el 2010. Ni creo estar preparado para el 2009. Siempre me pasó igual: comienza un año y no le siento el gusto hasta que terminó.

En general mi 2009 tuvo gusto a... Diría "éxito"... Ok, "éxito".

"Éxito" porque mi año de facu fue bastante prolijo, teniendo en cuenta que curso dos carreras simultáneamente. Sin exámenes más que los obligatorios, laburando bien, metiéndole.

También "éxito" porque laboralmente hablando se me abrieron las puertas del cielo: entré a la agencia. Me explayaría sobre esto, pero no creo que sea el momento. Lo fundamental es que en este momento, es lo mejor que me pasó en la vida.

Tras una corta releída a lo que venía escribiendo me di cuenta que estoy haciendo justo lo que no quería hacer: un balance del año. ¿Por qué un "balance"? Hoy me pregunté algo parecido y me respondí con un "al fin y al cabo todo suma, y si todo suma entonces no hay mucho balance que hacer..."

O algo parecido.

Entonces también me doy cuenta que estoy al borde de decir las cosas que quiero para el 2010, entre boludeces y cosas triviales, hasta cliché. No lo haré.

Lo que sí haré es augurar un muy buen 2010 para quien realmente se lo proponga.
Qué fácil es descansarse en las predicciones o el horóscopo, y qué lindas cosas nos dice siempre... En realidad nuestra vida es pura y exclusivamente nuestra responsabilidad; ¡oh del Hombre, ser incompleto que busca en los cielos la tan amada perfección! Esa misma perfección que comprende, entre otras cosas, la buenaventura y la clarividencia de lo positivo.

El 2010 es para luchar y conseguir, para animarse, para ganar un sorteo, para que que vuelvan los lentos, para conseguir eso, para dejar aquello, para que deje de divertirse sola, para que no nos pesen tanto las bolas y nos dejen volar al País del Nunca Jamás.

Aguante el 2010.

Aguante la vida.

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