Divertite sola entonces

Ella tosía a mi lado en la sala de espera del doctor.
Yo le ofrecí una pastilla de menta.
Ella aceptó y tomó una.
Yo le ofrecí que agarrara el paquete.
Ella me pegó una cachetada.
Yo le dije puta y me fui.
Luego pensé que tal vez mi guiñada no era necesaria.
Y más tarde, que iba a tener que esperar otro mes para conseguir hora.
Mierda.

2 comentarios :

f dijo...

que intolerante!
o fuiste demasiado explícito y se lo dijíste después de meter la mano en el bolsillo?

· · · l u i g i · · · dijo...

un leve cabeceo nada más...