¡Minga!

La alegría no es contagiosa. En serio. Lo comprobé hoy en el trabajo. Por alguna razón que desconozco, una sonrisa se me instaló en la cara y estuve feliz todo el día. ¿La gente se sumo a la buena onda? ¡Ni en pedo! Lo que conseguí fueron cosas como "mirá este pelotudo", "¿qué carajo te pasa?" o "dejá de sonreír, idiota".

3 comentarios :

Alexis dijo...

Seguro vino endrogado a trabajar.
Más de uno lo debe haber dicho.

Gero dijo...

Pero al menos sonrieron cuando te lo dijeron...

· · · l u i g i · · · dijo...

insinuar que venimos drogados a trabajar es algo que no te lo voy a permitir.
en todo caso, nos drogamos una vez que ya estamos en el trabajo...