Abro la ventana del chat. No de cualquier chat. De tu chat. Hasta ahora, es lo más cerca que he estado de decirte "hola". Es más: hasta pensé en qué debía decirte después, en caso que me respondieras. Pero como era previsible, me cagué. No puse "hola" y me fui a revisar el blog de Liniers. Pasaron unos minutitos y cuando cerré la página, me asusté. Bah. No me asusté. Podría decirse que me sorprendí muy gratamente.
Me encontré con la ventana del chat abierto, de tu chat. Pensé "¡¡me habló!!". Dirijo rápidamente el cursor y hago click, para descubrir un chat vacio. Me costó unos segundos darme cuenta que en verdad el chat estaba abierto simplemente porque yo lo había dejado así, esperando tener el coraje de hablarte por primera vez. Vos mientras tanto seguís ahí, campante, sin saber de mí y sin pensar en decirme "hola"...
Me encontré con la ventana del chat abierto, de tu chat. Pensé "¡¡me habló!!". Dirijo rápidamente el cursor y hago click, para descubrir un chat vacio. Me costó unos segundos darme cuenta que en verdad el chat estaba abierto simplemente porque yo lo había dejado así, esperando tener el coraje de hablarte por primera vez. Vos mientras tanto seguís ahí, campante, sin saber de mí y sin pensar en decirme "hola"...
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