Temprano en la mañana salí a la calle y me crucé con un paseador de perros. Nada demasiado extraño, salvo por el detalle de que en la mano libre llevaba una botellita de cerveza. Abierta. E iba tomando de ella. De hecho, enseguida de cruzarnos, eructó.
Unos pasos más adelante vi a un guacho en la puerta de un edificio que estaba tomando mate en un taza roja de Nescafé. Por si fuera poco, tenía una guitarra eléctrica desenchufada colgando de su cuello.
No sé qué le pasa a la gente. No sé qué me pasa a mí. ¿Estaré despierto?
Unos pasos más adelante vi a un guacho en la puerta de un edificio que estaba tomando mate en un taza roja de Nescafé. Por si fuera poco, tenía una guitarra eléctrica desenchufada colgando de su cuello.
No sé qué le pasa a la gente. No sé qué me pasa a mí. ¿Estaré despierto?
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