Placeres mínimos

Cruzarse con alguien que viste una sola vez (por ejemplo, el que te atendió en la veterinaria o la mina del kiosco al que caíste de rebote) y que te cabecee a modo de saludo, evidenciando que también te recuerda.

3 comentarios :

Ay, Georgina ¡qué bolazo! dijo...

Un mínimo gran placer...

Sofía dijo...

totalmente...

· · · l u i g i · · · dijo...

es rara la sensación. para mí se debe a la búsqueda constante del ser humano de trascender y dejar algo en el otro. ser recordable, no pasar por la vida sin pena ni gloria. y bueno... ser recordado por alguien con quien tuvimos apenas un encuentro es algo positivo en ese contexto.