Algo en mí me decía que la próxima vez que la viera, debería demostrarle que soy más que una cara bonita... Soy un tipo con el cual puede hablar de lo que sea. Convencido, me le acerqué y le comenté:
-Sabés que te venía a elogiar tus ojos, pero sinceramente no estoy de ánimo para intentar algo contigo. Estoy muy mal por el tema éste de los arroceros de Katmandú.
Mi actuación no dejaba dudas: estaba muy acongojado. El plan venía funcionando a las mil maravillas. Salvo por su acotación:
-Ni me hables, mirá. A mí hace días que me tiene mal eso. ¿Y vos? ¿A quién apoyás?
¡A la mierda! ¿A quién se le podía ocurrir que mi invento fuera real? Un nuevo plan tirado a la basura. No podía ser. Algo tenía que hacer, pero que fuera totalmente lo contrario a meterme más adentro en ese fango. Lo pensé dos segundos y le dije:
-Y... Si me dejás, yo te apoyo a vos.
Se ve que no le gustó mi comentario... ¡Puta!
-Sabés que te venía a elogiar tus ojos, pero sinceramente no estoy de ánimo para intentar algo contigo. Estoy muy mal por el tema éste de los arroceros de Katmandú.
Mi actuación no dejaba dudas: estaba muy acongojado. El plan venía funcionando a las mil maravillas. Salvo por su acotación:
-Ni me hables, mirá. A mí hace días que me tiene mal eso. ¿Y vos? ¿A quién apoyás?
¡A la mierda! ¿A quién se le podía ocurrir que mi invento fuera real? Un nuevo plan tirado a la basura. No podía ser. Algo tenía que hacer, pero que fuera totalmente lo contrario a meterme más adentro en ese fango. Lo pensé dos segundos y le dije:
-Y... Si me dejás, yo te apoyo a vos.
Se ve que no le gustó mi comentario... ¡Puta!
No hay comentarios. :
Publicar un comentario