Hace unos años, paseando en familia por Montevideo, mi viejo me contó acerca de una especie de mito que rondaba en sus años de estudiante en la Facultad de Arquitectura.
Parece ser que cuando se estaba construyendo la Plaza Zabala, el arquitecto sufrió una y otra vez el rechazo ante sus propuestas de enrejado para la misma. Cansado, se le ocurrió una idea que se podría sintetizar de la siguiente manera: este tipo me tiene podrido. ¡puto de mierda! eso... debe ser puto... ¡ya sé! le voy a poner una poronga al lado de la otra y le va encantar.
Ayer aproveché que estábamos patrimoniando por Ciudad Vieja y saqué una foto que parece confirmarlo.
Parece ser que cuando se estaba construyendo la Plaza Zabala, el arquitecto sufrió una y otra vez el rechazo ante sus propuestas de enrejado para la misma. Cansado, se le ocurrió una idea que se podría sintetizar de la siguiente manera: este tipo me tiene podrido. ¡puto de mierda! eso... debe ser puto... ¡ya sé! le voy a poner una poronga al lado de la otra y le va encantar.
Ayer aproveché que estábamos patrimoniando por Ciudad Vieja y saqué una foto que parece confirmarlo.
5 comentarios :
A mi me habian contado que se habia enrejado para que la servidumbre no entrara a la plaza y solamente los amos podìan ingresar. Me alegra que hayan patrimoniado. Besos, Virginia.
A mi me habian contado eso que decís vos che, no lo que dice esta que comenta como versada en historia. andaaaaaa!
Que poronga Zabala!!! Jua Jua!!!
virginia: puede ser... una cosa no quita la otra. beso!
roberto: por favor... no se peleen! jaja.
El jefe era efectivamente un pesado y no aceptaba ninguna propuesta, pero lo de puto me parece una licencia poética. Supuestamente el arquitecto hizo esa propuesta con bronca e ironía, sin medir las consecuencias. La moraleja sería que todo lo que proponemos debe conformarnos plenamente porque corremos el riesgo que malas ideas sean aprobadas y concretadas.
gran pero gran moraleja de la mano de mi padre. gracias!!
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