Escuchar un disco por primera vez y que la conexión sea inmediata es algo mágico. Durante semanas, sin pensarlo demasiado, es lo único que escuchás. Una y otra vez. Hasta que llega un nuevo disco, generalmente. Y ahí se queda él, esperándote. Porque sabe que vas a volver. Y vos también lo sabés. Vas a volver a escucharlo y sentir nuevamente esa magia. Y pasarán semanas nuevamente, en las que te acompañará constantemente. Hola, Gabo Ferro. ¿Qué tenés que hacer en los próximos días?
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