Y un día te das cuenta que las pastillas Halls tienen el mismo nombre que un vestíbulo, que un recibidor de un edificio; y que ahí es precisamente donde te metés una en la boca para mejorar tu aliento previo a saludar a alguien... ¡Qué lo parió, che!
2 comentarios :
qué descubrimiento tan refrescante!
lo felicito!!
ja! se agradece, se agradece!
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