Repeat all

Si bien la banda de sonido que va acompañando mi vida trata de mantenerse al margen de cierto esnobismo, ineludiblemente es vencida por la curiosidad de saber qué es aquello de lo que están hablando.
Yo por lo pronto no soy productor musical ni descubridor de nuevos talentos, así que sigo las recomendaciones de la gente que sabe. O que al menos está en esa. Porque por cómo vivo la música, no es cuestión de saber o no saber. Si me llega y moviliza algo en mí, me va a acompañar durante un largo rato, por más que el creador no sea ningún dotado para la música.
Y así me pasó con Onda vaga. Me enteré de su existencia casi en simultáneo por un blog que se dedicaba a música y que yo seguía asiduamente, y por la Rolling Stone.
Llegaron hace algunos años ya y fui feliz mientras vivía con ellos sonando de fondo. El tiempo pasó y otros fueron ocupando su lugar. De hecho, asumí que llegaría el momento en que me toparía con uno de sus discos y despertaría en mí una linda sensación de "pah... qué bien que estaba esta banda... si la habré escuchado!"; pero no mucho más que eso...
Sin embargo, acá estoy, escuchando el nuevito Magma elemental y disfrutando ese hermoso entusiasmo de la primera escucha. 

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