Batracio de otra perforación

Si uno es hombre y está en un local de ropa de mujeres, tiene que estar esperando a su novia, madre o hermana. En algunas ocasiones, a una amiga o compañera de trabajo también (en la mayoría de los casos, si se es homosexual o se pretende conquistar a la señorita en cuestión). Así parece establecerlo esta sociedad.
Recién estuve un rato parado en una tienda esperando que me atendieran y ninguna vendedora se acercó. ¿Por qué? Porque claramente yo no debía estar solo allí. Por si fuera poco, finalmente encaré y me volví del shopping a casa con una bolsa de Daniel Cassin, sintiendo la mirada y el murmullo de las personas con las que me crucé.
¿Acaso estas bolsas serán los ramos de flores de esta época? Para pensar...

1 comentario :

Cintya Posse dijo...

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