Charla conmigo
-Colgaste el chiste del "con vos" al final...
-Sí. Obvio. ¿No podía?
-Mmmm... A mí me gustaba más el otro cierre.
-¿Cuál?
-¿No te acordás? Uno decía "¿Con vos?", y el otro respondía "Y... si no se te complica para hablar con la boca llena..."
-¡Es horrible!
-Ah, no... Claro... Porque al de los combos te pidió permiso Jerry Seinfeld para usarlo...
-¡Andá a lavarte el culo!
-¡Guarango!
-Sí. Obvio. ¿No podía?
-Mmmm... A mí me gustaba más el otro cierre.
-¿Cuál?
-¿No te acordás? Uno decía "¿Con vos?", y el otro respondía "Y... si no se te complica para hablar con la boca llena..."
-¡Es horrible!
-Ah, no... Claro... Porque al de los combos te pidió permiso Jerry Seinfeld para usarlo...
-¡Andá a lavarte el culo!
-¡Guarango!
Este chiste por escrito no tiene gracia
-¿Querés venir a comer?
-¿Con vos?
-¿Con vos?
-Sí, o si querés dos hamburguesas y un refresco. Yo mucha ganas de comer papas no tengo...
¡¡700 grageas!!
¿Esa suelta de palomas es por este acontecimiento? ¿Acaso los fuegos artificiales son para celebrar este hito? ¿El desfile militar y los aviones surcando el cielo también? ¿Es verdad que planean establecer un feriado a partir del próximo año para conmemorar el día de hoy? No. Grageas para todos llegó a los 700 posts y a nadie le interesa. Salvo al Sr. Grageas, un humilde servidor.
Preguntas que a veces me hago
¿En todas las casas usan al menos un envase de Requesón Conaprole como vaso?
Este chiste por escrito no tiene gracia
-Che, Jorge... Sabés que al final no me aguanté más y encaré a mi mujer... Le dije que la estoy engañando con otra.
-Pah... ¿Ya le habías contado de la primera?
-Pah... ¿Ya le habías contado de la primera?
¡¡Me quiero matar!! ¡¡Qué buen tema!!
Tú me enseñaste qué tan simples son las cosas
Tú me enseñaste a dar amor y nada más
Y que no importa si recibes algo a cambio
Y descubrir que en esta vida hay algo más
Y donde quiera que yo esté, tú vas a estar
Y como un ángel cuidarás de mí
Cuando me pierda y deje de reír
Y como el viento que me cuenta
Que el invierno está por venir
Y este mundo que gira de nuevo
Aunque me sienta al revés
Como un ave que no para el vuelo
Sé que no voy a caer
Oh oh oh
Tú me enseñaste cómo respirar de nuevo
Tú me enseñaste a pensar antes de actuar
Sólo se trata de ver hasta lo invisible
Y descubrir que en esta vida hay algo más
Y donde quiera que yo esté, tú vas a estar
Y como un ángel cuidarás de mí
Cuando me pierda y deje de reír
Y como el viento que me cuenta
Que el invierno está por venir
Y este mundo que gira de nuevo
Aunque me sienta al revés
Como un ave que no para el vuelo
Sé que no voy a caer
Y sé que voy a verte de nuevo, lo sé
Para decirte cuánto te quiero, lo sabés
Y como un ángel cuidarás de mí
Cuando me pierda y deje de reír
Y como un ángel cuidarás de mí
Oh oh oh
Tú me enseñaste a dar amor y nada más
Y que no importa si recibes algo a cambio
Y descubrir que en esta vida hay algo más
Y donde quiera que yo esté, tú vas a estar
Y como un ángel cuidarás de mí
Cuando me pierda y deje de reír
Y como el viento que me cuenta
Que el invierno está por venir
Y este mundo que gira de nuevo
Aunque me sienta al revés
Como un ave que no para el vuelo
Sé que no voy a caer
Oh oh oh
Tú me enseñaste cómo respirar de nuevo
Tú me enseñaste a pensar antes de actuar
Sólo se trata de ver hasta lo invisible
Y descubrir que en esta vida hay algo más
Y donde quiera que yo esté, tú vas a estar
Y como un ángel cuidarás de mí
Cuando me pierda y deje de reír
Y como el viento que me cuenta
Que el invierno está por venir
Y este mundo que gira de nuevo
Aunque me sienta al revés
Como un ave que no para el vuelo
Sé que no voy a caer
Y sé que voy a verte de nuevo, lo sé
Para decirte cuánto te quiero, lo sabés
Y como un ángel cuidarás de mí
Cuando me pierda y deje de reír
Y como un ángel cuidarás de mí
Oh oh oh
Enfermedad + Cable
Estar enfermo y tener cable te da la posibilidad de ver programas que de otra forma no verías. La programación de la tarde entre semana me resulta muy distinta a la de los findes. Desde hace un rato por ejemplo estoy maravillado con un campeonato que están pasando en el ESPN. Por lo que vi se llama Speed Pool, y consiste en meter vos solito todas las bolas en el menor tiempo posible. La última tiene que ser la negra, y vas ganando bonificaciones si embocás todas sin ningún error, o recibís multas si metés la blanca, ponele. Es genial. Los tipos te limpian la mesa en menos de un minuto. Más o menos, el tiempo que me lleva a mí el ritual de la tisa, el ver la mesa, la evaluación mentirosa de si le pego abajo para que vuelva y me quede bien para la próxima, el recordar si yo iba con las lisas y por último el tiro.
Como te digo una cosa, te digo la otra
Facebook me aburrió. Bla bla bla. Pero es buenísimo encontrarse con solicitudes de amistad totalmente inesperadas. A ver... ¡Eso no se pregunta! ¡Obvio que quiero ser amigo de Josefa en facebook! ¡¡En facebook!! ¡¡Josefa!! El último lugar en el que pensaba que me iba a encontrar con este hombre que supo deleitar aquellas clases de facultad con su corrosivo humor y su aguda visión de las cosas... Salado. Un tipo extremadamente inteligente y gran amigo en aquellas épocas. ¡Hoy, después de años de no saber nada de él, quiere ser mi amigo es facebook! Obvio: confirmar.
Fisura mundial
Ángel tiró la idea y muchos nos sumamos: juntar el álbum de figuritas del mundial de forma colectiva. El ritmo con el que veníamos era vertiginoso. "Tengui" pa´ acá, "falti" pa´ allá. Hasta que la respuesta comenzó a reiterarse en uno y otro kiosco: "me prometieron que mañana me traían". ¡¡Mentira!! Por ningún lado había figuritas del mundial. Entonces todo se pausó. Aprovechamos y nos pusimos a revisar cuáles nos faltaban:
El que quiera hacer negocios, que avise.
Algo nuevo sobre mí
Me encanta la gente que mete reversa en un auto, gira todo su cuerpo para mirar y abraza el apoya cabezas del acompañante. Yo prefiero usar los espejos, pero de todas formas me llega mucho esa gente.
Este chiste por escrito no tiene gracia
-Me siento un poco mal... Voy a ir a la farmacia a comprarme un Sinutab.
-¿Sinutab?
-Me compro otro.
-¿Sinutab?
-Me compro otro.
Charla conmigo
-¡Qué divertido! ¡Se vienen las elecciones departamentales y nos vamos a Mercedes a votar!
-¿Divertido?
-¡Sí! ¡Re divertido!
-¿Re divertido?
-¡Sí! ¡Súper divertido!
-¿Súper divertido?
-¡Sí! Y tá. Me aburrió esto de que me cuestiones todo lo que digo.
-Lo que pasa es que no te entiendo.
-¿Qué no entendés?
-Lo de ir a Mercedes.
-¿Lo de ir a Mercedes?
-¡Sí! Que te divierta ir a Mercedes.
-¿Que me divierta ir a Mercedes?
-¡Sí! Es lo que dijiste.
-¿Yo dije eso?
-¡La concha de tu prima! Es el colmo que me hagas el mismo jueguito...
-¿Qué jueguito?
-...
-¡Ey! ¿Qué jueguito?
-...
-¡Pará! ¿Te vas a poner a armar el bolso vos solo? No pongas ese buzo que no me gusta.
-¿Divertido?
-¡Sí! ¡Re divertido!
-¿Re divertido?
-¡Sí! ¡Súper divertido!
-¿Súper divertido?
-¡Sí! Y tá. Me aburrió esto de que me cuestiones todo lo que digo.
-Lo que pasa es que no te entiendo.
-¿Qué no entendés?
-Lo de ir a Mercedes.
-¿Lo de ir a Mercedes?
-¡Sí! Que te divierta ir a Mercedes.
-¿Que me divierta ir a Mercedes?
-¡Sí! Es lo que dijiste.
-¿Yo dije eso?
-¡La concha de tu prima! Es el colmo que me hagas el mismo jueguito...
-¿Qué jueguito?
-...
-¡Ey! ¿Qué jueguito?
-...
-¡Pará! ¿Te vas a poner a armar el bolso vos solo? No pongas ese buzo que no me gusta.
Preguntas que a veces me hago
Si cuando alguien tiene buenos championes le decís "qué buenos pepos", ¿cuando alguien tiene buenas botas le decís "qué buenas pepas"?
Grageas by Brunein
¡¡Felicitaciones colosales y eterno agradecimiento a Brunein (también conocido como Bruno Pires) por la onda que le metió a grageas!! Se vienen pins, marcalibros, stickers, remeras y ropa interior.
El gran Brunein ha vuelto
Está mal de la cabeza, pero dibuja como la gran puta. Insisto: está mal de la cabeza, pero bueno... ¡A visitar su nuevo blog!
Algo nuevo sobre mí
Me da miedo la gente que se va riendo sola por la calle. Mucho miedo. Por la calle, en el ómnibus o sentada en una plaza. ¿De qué se ríen? ¡La puta madre! ¿Justo cuando paso yo por delante de ustedes tienen que acordarse de aquel chiste de la aceituna y la miel? ¿Cómo? ¿Que cuál es el chiste de la aceituna y la miel? ¡Yo qué carajo voy a saber! Pregúntenle al pelotudo que lo recordó cuando se cruzó conmigo caminando por Garibaldi. Me mira y se ríe. ¡Eso no se hace!
Que yo sepa no camino raro ni tengo ninguna deformidad evidente. Igual, en ese caso sería mucho más grave su risa. Pero me suena que no. Entonces uno evalúa posibilidades circunstanciales: me cagó un pájaro y no me di cuenta del adorno que tengo en la cabeza. Lo pensé, pero me pasé la mano y noté que no. Ok. Ya sé. Llevo la bragueta baja y se me ve el calzoncillo con corazones. Tanteo y descubro que no. Además, mala leche al hacerme pensar en eso, porque me confunde al pedo. A ver… ¡yo sé que no tengo ningún calzoncillo con corazones!
Y entonces sigo la inspección, porque esta risa dedicada no puede pasar inadvertida. Los mocos están todos fuera de la línea de visibilidad de cualquier persona que mida más de metro cuarenta. Después, mi pelo sigue en su lugar y con su color habitual, que no es gran cosa, pero al menos no lo considero gracioso. ¿¡¿De qué mierda te reís?!? ¡Sos cagón además! Parame y decímelo de frente.
Seguro que estás complotado con la rubia aquella del bondi. Los asientos de atrás, en los que vas de costado y mirando hacia el pasillo, son propicios para este tipo de situaciones. En verdad, generalmente uno suele dirigir la mirada hacia el piso o lo más lejos posible de la persona que tiene enfrente, buscando unos centímetros de ventana.
Pero esta rubia pelotuda no tenía ganas de aceptar estos acuerdos tácitos de convivencia. Y me miraba y se sonreía. Uno podría ilusionarse y pensar que me estaba tirando onda. Pero yo no me como ninguna: sé que por suerte no tengo ningún aspecto que cause gracia a primera vista, pero tampoco amor ni deseos desenfrenados de tener sexo. Normalito. Un tipo que tuvo que laburar para conseguir lo que la vida decidió cederle.
Así que hija de puta, no voy a pensar que querés conmigo. No no. Ningún ningún. Te estás riendo de mí. Lisa y llanamente. Y eso está mal. Porque bien que yo podría estar riéndome de vos, pero no lo hago. Fea la actitud. Todo el viaje en el 187 pensando que tenía lagañas o gotas de pis en la entrepierna.
Pero no. La inspeccioné para ver si entre su larga cabellera platinada se escondían unos auriculares que me indicaran que alguien en la radio la estaba haciendo reír. No los encontré. Así que no resistí más y me bajé como 5 paradas antes. Al bondi se lo llevó puesto un camión en la cuadra siguiente. ¡Justo en la zona donde estaba ella! Jeje.
Fue simplemente en mi imaginación, pero alcanzó para que una mueca se dibujara en mi cara y me acompañara durante mi caminata hasta el trabajo. Y los que se cruzaron conmigo se habrán preguntado intranquilos “de qué carajo se ríe éste”. ¿Y saben qué? ¡Jódanse! Yo tampoco voy a averiguar nunca de qué se reía la rubia o qué le dijo la miel a la aceituna.
Que yo sepa no camino raro ni tengo ninguna deformidad evidente. Igual, en ese caso sería mucho más grave su risa. Pero me suena que no. Entonces uno evalúa posibilidades circunstanciales: me cagó un pájaro y no me di cuenta del adorno que tengo en la cabeza. Lo pensé, pero me pasé la mano y noté que no. Ok. Ya sé. Llevo la bragueta baja y se me ve el calzoncillo con corazones. Tanteo y descubro que no. Además, mala leche al hacerme pensar en eso, porque me confunde al pedo. A ver… ¡yo sé que no tengo ningún calzoncillo con corazones!
Y entonces sigo la inspección, porque esta risa dedicada no puede pasar inadvertida. Los mocos están todos fuera de la línea de visibilidad de cualquier persona que mida más de metro cuarenta. Después, mi pelo sigue en su lugar y con su color habitual, que no es gran cosa, pero al menos no lo considero gracioso. ¿¡¿De qué mierda te reís?!? ¡Sos cagón además! Parame y decímelo de frente.
Seguro que estás complotado con la rubia aquella del bondi. Los asientos de atrás, en los que vas de costado y mirando hacia el pasillo, son propicios para este tipo de situaciones. En verdad, generalmente uno suele dirigir la mirada hacia el piso o lo más lejos posible de la persona que tiene enfrente, buscando unos centímetros de ventana.
Pero esta rubia pelotuda no tenía ganas de aceptar estos acuerdos tácitos de convivencia. Y me miraba y se sonreía. Uno podría ilusionarse y pensar que me estaba tirando onda. Pero yo no me como ninguna: sé que por suerte no tengo ningún aspecto que cause gracia a primera vista, pero tampoco amor ni deseos desenfrenados de tener sexo. Normalito. Un tipo que tuvo que laburar para conseguir lo que la vida decidió cederle.
Así que hija de puta, no voy a pensar que querés conmigo. No no. Ningún ningún. Te estás riendo de mí. Lisa y llanamente. Y eso está mal. Porque bien que yo podría estar riéndome de vos, pero no lo hago. Fea la actitud. Todo el viaje en el 187 pensando que tenía lagañas o gotas de pis en la entrepierna.
Pero no. La inspeccioné para ver si entre su larga cabellera platinada se escondían unos auriculares que me indicaran que alguien en la radio la estaba haciendo reír. No los encontré. Así que no resistí más y me bajé como 5 paradas antes. Al bondi se lo llevó puesto un camión en la cuadra siguiente. ¡Justo en la zona donde estaba ella! Jeje.
Fue simplemente en mi imaginación, pero alcanzó para que una mueca se dibujara en mi cara y me acompañara durante mi caminata hasta el trabajo. Y los que se cruzaron conmigo se habrán preguntado intranquilos “de qué carajo se ríe éste”. ¿Y saben qué? ¡Jódanse! Yo tampoco voy a averiguar nunca de qué se reía la rubia o qué le dijo la miel a la aceituna.
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