Formal y cortés

No aprendo más. Lo sé. No estoy orgulloso de ello, pero tá. El primer paso es admitirlo. Ponele.
Llamé a Oca para tramitar un débito automático, y como era de esperar, estuve una media horita esperando que me atendieran. Pero no una media horita cualquiera. No, no. Estuvo amenizada por el loop constante de "cuánta razón tenés". Muy rico todo.
A ver... No quiero justificar con esto mi accionar. Tampoco pretendo postergar en la narración mi no aprendizaje, así que esto fue lo que pasó:
Cuando me atienden, me dicen "Buenos días. ¿En qué lo puedo ayudar?". Opté por el sarcasmo y le contesté "Buenos días. Bah... En verdad, buenas tardes ya a esta altura, después de la espera...". Horrible lo mío. Y horrible todo lo que vino a continuación. Un ida y vuelta tenso, totalmente innecesario.
Sinceramente, escribo esto con la intención de aprender finalmente y cambiar en futuras ocasiones. Ojalá la próxima vez que me encuentre en una situación similar recuerde este suceso y conteste "¿Buenos días para quién, hija de puta? Para vos, que estás tirada para atrás en la silla pintándote las uñas, y allá, cada tanto, atendés a alguien. ¡Para mí no es un buen día! ¡Media hora esperando! Y dale que dale con la musiquita para peor...".
Nah... ¡Mentira! Voy a aprender a tratar bien a la gente. Bueno... Voy a tratar de aprender a tratar bien a la gente. A pesar de haber escuchado media hora seguida un jingle.

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