Como todos los meses, al pasar por un kiosco cualquiera consulté si estaba la última Rolling Stone. No tengo uno preferido o que me quede cómodo, por lo que todo el tiempo me encuentro repitiendo lo mismo: "hola... qué tal? llegó la rolling de este mes?" frente a distintos interlocutores. En esta ocasión, una joven que me dio una respuesta alentadora y diferente a mi habitual pregunta: "mirá! tenés suerte porque es la última que me queda... y este número está increíble!!".
Mis charlas con los kiosqueros distan bastante de este primer intercambio, ya que generalmente suelen reducirse a un "son 150 pesos..." y un "gracias", acompañado muy pocas veces de un "querés una bolsita?" y el consecuente "no, no te preocupes... así ayudamos un poco al medio ambiente...".
Pero dada la simpatía de la señorita, hice una rápida revisión de la tapa como para responderle con algo acorde. Kurt... Palito... No se me ocurría qué acotar... Sobre un costado leo "Lo mejor de los 90". ¡Eso mismo! Entonces le digo: "pah... sabés que a mí me embola cuando hacen esto de las recopilaciones y rankings... es como que pienso que no tenían nada para poner y lo sumaron de relleno...".
Ella sonrió y asintió, como estando de acuerdo con mi parecer. Pero tuvo que añadir un comentario que caló hondo en mí, minutos más tarde: "claro... lo que pasa es que a mí puntualmente los 90 me pegan bien, porque tengo 22 años...".
¡Hija de puta! ¿Qué carajo te pasa? No sólo que me trataste de viejo, sino que además me estás robando mi década... ¡Impertinente! ¡Yo viví en los 90! ¡Un poco de respeto, por favor! Con suerte, vos estabas aprendiendo a gatear recién y yo ya fumaba. Ok. No es gran mérito el mío, pero no importa...
Para peor, al llegar a casa confirmé ofuscado que efectivamente tenía razón y este número está increíble.
Mis charlas con los kiosqueros distan bastante de este primer intercambio, ya que generalmente suelen reducirse a un "son 150 pesos..." y un "gracias", acompañado muy pocas veces de un "querés una bolsita?" y el consecuente "no, no te preocupes... así ayudamos un poco al medio ambiente...".
Pero dada la simpatía de la señorita, hice una rápida revisión de la tapa como para responderle con algo acorde. Kurt... Palito... No se me ocurría qué acotar... Sobre un costado leo "Lo mejor de los 90". ¡Eso mismo! Entonces le digo: "pah... sabés que a mí me embola cuando hacen esto de las recopilaciones y rankings... es como que pienso que no tenían nada para poner y lo sumaron de relleno...".
Ella sonrió y asintió, como estando de acuerdo con mi parecer. Pero tuvo que añadir un comentario que caló hondo en mí, minutos más tarde: "claro... lo que pasa es que a mí puntualmente los 90 me pegan bien, porque tengo 22 años...".
¡Hija de puta! ¿Qué carajo te pasa? No sólo que me trataste de viejo, sino que además me estás robando mi década... ¡Impertinente! ¡Yo viví en los 90! ¡Un poco de respeto, por favor! Con suerte, vos estabas aprendiendo a gatear recién y yo ya fumaba. Ok. No es gran mérito el mío, pero no importa...
Para peor, al llegar a casa confirmé ofuscado que efectivamente tenía razón y este número está increíble.
3 comentarios :
Te entiendo y no sabes cuanto.
Hace muy pocos días, perdiendo el tiempo en la web decidí aventurarme hacia un lugar que años atrás me había divertido enormemente. HABBO HOTEL. Si no lo conoces no merece mucha más explicación que la siguiente... un chat con la particularidad de funcionar con avatar's con los que te trasladas de sala en sala, las cuales son diferentes zonas de este hotel virtual.
Dado que hacía muchos años que no accedía a él acepte una invitación de que un Habbo Alfa (entendí era algún usuario con experiencia) me acompañara en una visita guiada.
Pocos minutos después me aviso que un usuario era mi Habbo Alfa... pero no me explico mucho y seguí investigando la interfaz.
Poco después recibo un amable mensaje que decía: "Que quieres?!". Le comente que era nuevo y quería conocer el funcionamiento... a lo que recibo otro amable mensaje de él: "Que noob". Noob en la jerga de los video juegos viene a ser "principiante", con un dejo algo despectivo.
Comencé a prestar atención a su avatar el cual como característica particular tenia orejas de conejo. Esto me hizo reaccionar y contestarle: "Al menos yo no tengo orejas de conejo", a lo que responde: "pero yo no tengo barba".
Prediciendo el decadente desenlace de esto me hice el canchero diciendo: "seguramente no tengas edad para eso".
El respondió a mi mensaje...
"Tengo 10 años y tu?".
Solo pude contestar: "entonces ya no tenemos nada de que hablar, yo tengo 30". Y completamente abochornado con la situación me desconecte para irme a dormir y recordar que en algún momento fui más joven.
En resumen querido Sr. Grageas... yo no creo que la culpa fuera del niño de 10 años, ni de la kioskera de 22 que te atendió... la culpa es nuestra por intentar simpatizar con ellos que viven él hoy con menos ayer que nosotros.
Ta, ponele que nos quedamos esperando que comentes como estaba la kioskera (y según sea la respuesta, la dirección del kiosko):P.
"...ellos que viven el hoy, con menos ayer que nosotros." genial, y eso que estoy del lado de la purreta.
Saludo.
francisco: hermosa anécdota/moraleja con un final brillante, casi sublime. gracias por tanto!
matias: ni valía la pena... pensé en convertirla en un "divertite sola entonces", pero no...
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