Todos los días paso por el mismo kiosco de diarios y revistas. Ayer, con motivo de que El País venía con el DVD Manyas, hablé por primera vez en mi vida con el kiosquero. Hoy, al pasar nuevamente por ahí, algo dentro mío me obligó a saludarlo por primera vez, sólo porque ayer hablé con él.
Pero no lo saludé. No quiero estar obligado a tener que saludarlo todos los días... Pero lo más importante: ayer me dejó entrever que era bolso y que le embolaba que el kiosco se le llenara de manyas.
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