No tenía tan claro qué escuchar, así que puse el iTunes en shuffle y dejé que me sorprendiera. Después de unos cinco temas, la mezcla resultante me hizo acordar a un razonamiento bastante ridículo que tenía cuando era chico.
Los primeros discos que me compré cuando llegó el primer equipo de música con reproductor de CD a casa, fueron recopilaciones de temas sueltos de varios artistas (también conocidos como ensaladas o grandes hits del verano). Hasta ahí todo bien. O sea: yo era un pequeño rumbo a la adolescencia y era entendible que me gustara la música que pasaban en la radio.
Lo ridículo, o directamnte estúpido, venía en el razonamiento que había detrás de esta manía de comprar los Hit Container, los Now that´s what i call music o los discos de Concierto FM. Yo sostenía que era mejor tener un disco con varios artistas para no aburrirse de escuchar al mismo tipo durante todo el disco. ¡Y defendía esa forma de pensar!
Ahora estoy saltando de Divididos a Pimpinela, pasando por Oasis, Raphael, 31 minutos, Karamelo Santo y A.N.I.M.A.L. Creo que desactivaré el shuffle. Además, le pediré perdón a Luciano por convencerlo de mi teoría cuando éramos chicos.