Fue al supermercado a comprar unas cosas que hacían falta, pero principalmente con la misión de devolver unos envases. Va recorriendo las góndolas y descubre que no bajó los envases. Vuelve al auto. Le da de comer a la máquina botellera. Hace las compras y pasa por la caja. ¿Se olvida de presentar el ticket? No, no. Tampoco es boludo. Llegando al auto, saca la llave y analiza si vale la pena abrir la valija o simplemente carga las bolsas adelante. ¿Las bolsas? ¡Uh! ¡Las bolsas! Vuelve a la caja y generosamente la cajera le informa que envió sus compras a "atención al cliente". ¿Se burlaron de él? Tal vez. Lo atendieron, como correspondía.
2 comentarios :
Holaaaaa. Por pura casualidad descubrí tu libro. Aunque aún no lo he terminado me va gustando, me descostillo de la risa y además viví en Mercedes (obviamente me encantan los comentarios sobre la city y su idiosincrasia). Y ahora incursiono en tu blog y me sigo matando de la risa!!! Muy bueno!!!
hola!!! qué de más todo lo que contás!!! muchas gracias!!! y bienvenida!!! qué bueno que te guste lo que hago. gracias de nuevo!!!
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