Romeos 2
En la última gragea conté sobre un camioncito que vaciaba un contenedor de basura. Recién, por pura casualidad, volví a ser testigo de la misma acción en el mismo lugar. La diferencia esta vez fue que un vecino salió a depositar la basura justo en ese momento y se quedó como yo maravillado con lo que estaba sucediendo. Nos miramos y sin mediar palabra alguna nos dijimos "qué lo parió". O "qué increíble".
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