Subí que te llevo

Hoy de mañana, al subirme al auto y bajar la ventanilla, una mosca se mandó para adentro sin pedir permiso. La miré, me miró. Y tá. No le pregunté para dónde iba y arranqué rumbo a la oficina. Atento al tránsito, medio que me olvidé de ella. Hasta que me detuve en un semáforo y ella volvió a llamar mi atención. Se estaba dando de bomba la cabeza contra la ventanilla del acompañante, así que me estiré y se la abrí. Sinceramente no sé si tenía un sentido de la orientación tal que supo que debía bajarse ahí. No sé si había acordado juntarse con alguna otra mosca o qué. Lo dudo, pero capaz me venía investigando y sabía que yo agarraba esa ruta diariamente. Como sea, me colgué pensando que debe ser re loco eso para una mosca. O sea... Capaz que en verdad estaba cerca de casa pensando cómo meterse en alguna cocina de la zona, y cuando quiso acordar, estaba saliendo de un auto desconocido en un lugar que nada que ver, sin la más puta idea de cómo volver. Tal vez la encuentre a la vuelta y la lleve de nuevo. O tal vez ya esté muerta.

2 comentarios :

Gregorio Casa dijo...

Secuestrador de moscas, ¿eh?
Así empezaron muchos su carrera delictiva...

· · · l u i g i · · · dijo...

antes de comentar algo me gustaría hablar con mi abogado...