Sintiendo que había agotado ya todas mis chances de conquistarla, ideé una nueva estrategia con un tinte un tanto tramposo. Me le acerqué, junté aire y le largué "¿Vistequesalióunestudioqueafirmaquequienestáenamoradodesuinterlocutordice"qué"cuandonoleentiendeporquehablatodorapidito?".
Lo peor que podía pasar era que ella en vez de preguntar "¿qué?" me respondiera con un "¿que qué?". Mi plan, porque creía tenerlo todo pensado de antemano, sería repetir mi frase inicial pausadamente y bromear con que ella estaba doblemente enamorada de mí entonces. Soy un crá. Lo sé.
Pero no. Ella respondió "¿Cómo?". La muy yegua dijo "¿cómo?" con esa voz angelical... Pensé en explicarle todo y ganar su corazón con la ternura e inocencia de la ocurrencia, pero mi boca decidió por sí sola lanzarle un "¡puta!".
5 comentarios :
Jajajajajajaj hay que pensar en todo! No estabas 100% preparado, a pesar de ensayar tu estrategia....
salado! las mujeres son impredecibles... por suerte!
Respuesta equivocada, día equivocado.
vida equivocada
jajajajajaja
cómo?
jajajajaja
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