- Olvidar todas y cada una de las responsabilidades que uno tiene (si eso incluye bañarse por ejemplo, que lo incluya)
- Caminar (sin importar si nuestro calzado, indumentaria o aspecto es el indicado)
- Fumar (no es sano, lo sé… pero tá)
- Dejarse maravillar por lo más estúpido (desde un bebito en un cochecito que nos ablanda con una mueca hasta por lo barato que están los jugos Verao en el súper)
- Tener una sonrisa (sí… de esas que molestan en otros… las que cuando las ves te preguntás ¿por qué carajo está sonriendo este pibe?)
- Olvidarse que uno no está bien (recordarlo no sirve de nada)
- Cantarse para uno mismo (o para la gente, aunque nos miren raro)
- Apagar el celular (o ponerlo en silencio al menos)
- Tener en cuenta cómo volver a la casa de uno (no está bueno perderse)
- Parar de caminar un ratito y sentarse en un murito (y ver lo que pasa en el barrio en el que nos encontremos)
- Encontrar formas en las nubes (en caso que hayan)
- Tomarse una cerveza chica (tampoco la idea es empedarse)
- Tener algo en la mano que sirva de amansa loco (una bandita elástica, una moneda o una piedrita… no tanto así un sorete de perro o un moco)
- Volver a casa (si pinta… en caso contrario, lo de un amigo también sirve)
- No hablar con nadie, sólo con uno mismo (sí… como un loco)
- Recordar por qué uno estaba en un mal día (en caso de recordarlo, volver a repetir los pasos… en caso de ser imposible, darse cuenta que uno le ganó al día)
El día lo cambié. Mi vida no. ¿Pero quién te dice que no lo empiece a aplicar más seguido y lo logre?
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