Recién salí hasta el almacén a hacer un mandado y en el pallier de mi edificio me encontré con todos mis vecinos reunidos. En el momento simplemente pedí permiso y pasé sin prestar mucha atención. "Será una de esas reuniones de copropietarios...". Pero al volver, me intrigó saber de qué hablarían. Entonces, a pesar de vivir en el primer piso y usar siempre las escaleras, planeé llamar al ascensor y chusmear mientras lo esperara. Pero no. El ascensor estaba en planta baja. Forzado a improvisar, se me pasó por la cabeza simular un tropiezo y justificar así el quedarme en las escaleras un rato. Pero descarté la idea rápidamente cuando noté que, aunque no me invitaran a sus reunioncitas, alguno se preocuparía por mi salud. Debía actuar rápido. Ya habían pasado algunos segundos y yo seguía entre ellos. Para peor, de tanto pensar en alternativas, no agarré ni una sola palabra de la charla. Justo antes de darme por vencido, se me ocurrió atarme los cordones. Con doble nudo si hacía falta. Pero cuando me arrodillé, noté que había salido con las Crocs. Me levanté rápidamente y rajé para mi casa, un tanto avergonzado. En el apuro me tropecé con un escalón y me fui de jeta. Antes de que alguno reaccionara frente al estruendo, yo ya estaba en mi cocina acomodando lo comprado. Y sobándome la rodilla.
4 comentarios :
Bueno, si después de la reunión no acudieron a su apartamento munidos de antorchas, sogas, hachas y cuchillos, puede usted estar tranquilo... por ahora
me están haciendo la psicológica! qué hijos de puta! me quieren volver loco! vos sos uno de ellos!!! jaja!
Raje mientras pueda, porque la escena parece sacada de "Usurpadores de cuerpos" o algo parecido...
me gustaba vivir en uruguay! pero bueno... más me gusta vivir... chau!!
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