Del otro lado de la calle

Por la ventana vi a un grupito de adolescentes liceales que estaban desmorrugando. Pensé en gritarles "¡malditos fuma porro!", pero no me pareció que fueran a escarmentar. Después se me pasó fugazmente por la cabeza sacarles una foto y analizar luego si haría algo con ella. Deseché la idea por considerarla fútil y potencialmente mala leche. Pero los seguía viendo y no podía evitar sentirme viejo. O sea... Eran unos guachos fumando sus primeros porros apoyados en un murito, y algo en mí maquinaba para que hiciera algo al respecto. Insisto: soy un viejo. Y no. No estoy taaaaan orgulloso. Pero tá... Ahora, por lo menos, estoy preparándoles una torta de chocolate para llevarles y ayudarlos a paliar el bajón.

4 comentarios :

Michelle Grey dijo...

¿Pero cuánto de viejo eres? Jajaj, envidiosilloo! Fúmate uno, anda!

Ay, Georgina ¡qué bolazo! dijo...

Te iba a decir, "y botón", pero con el final, imposibilitás a cualquiera de acotar.

Ay, Georgina ¡qué bolazo! dijo...

¿Está bien redactado lo que escribí? me suena a que no. Además de ser bastante contradictorio. "Mientras se entienda" diría alguien a quien no le gusta nuestro idioma.

· · · l u i g i · · · dijo...

michelle: 31 añitos... y ya que hacemos preguntas personales, voy yo: de dónde sos?

georgina: larga vida al "mientras se entienda"! igualmente, está bien redactado creo.